El Pais del domingo, sección economía, publica este interesante artículo «Cómo construir un Silicon Valley en Europa«, firmado por Esko Aho (presidente de SITRA)y varios miembros más del Consejo de Innovación Ciencia/Empresa.
El artículo critica abiertamente «la política de reyes magos vigente, que otorga ayudas a la innovación y la I+D de forma muy dispersa, para regiones grandes y pequeñas, brillantes y hermosas. La UE cuenta con 20.000 clústeres, y aplica hasta 70 políticas de clústeres nacionales diferentes, entre 27 estados miembros, además de cientos de programas regionales, todos ellos trabajando para intereses cruzados«.
Transcribo aquí las propuestas que hace para corregir esta situación:
- Construir sobre los puntos fuertes ya existentes. Los clústeres no se pueden sembrar sobre terreno baldío, allí donde a un político le parezca oportuno. Solo se puede cultivar en los lugares que ya están creciendo y podrían florecer.
- Concentrar los recursos en hacer unas cuantas cosas realmente bien. No dispersar el dinero. Escoger sólo algunas de las regiones y sectores más prometedores a la hora de prestarles apoyo.
- Ser abiertos. Alentar a las personas con talento, se hallen en la región del mundo en que se hallen, a que trabajen en los clústeres de Europa. Promover la abierta competencia entre universidades, empresas y regiones en la consecución de la financiación. Promover que las personas, las ideas, las disciplinas científicas y los sectores industriales crucen las fronteras.
- Realizar estudios comparativos, supervisar y ser transparentes. Basar la financiación y la política regulatoria no en el choque de intereses políticos, sino en el análisis empírico de lo que funciona y lo que no. Acabar con todo apoyo que no impulse a un clúster a un nivel de competitividad que le sitúe entre los mejores del mundo.
Éstos son los principios generales, pero también tenemos una idea práctica a la que denominamos SIZE: Special Innovation Zones in Europe (Zonas de Innovación Especial en Europa).
El resto del artículo abunda en los argumentos que refuerzan la teoría de que es necesario concentrar el apoyo en unas pocas zonas para poder competir eficazmente en I+D con USA o China.
Aunque es bastante fácil estar de acuerdo con éstos argumentos, clásicos ya del posicionamiento de los países nórdicos y especialmente Finlandia, por otra parte se puede argumentar en contra que este tipo de políticas favorecerán claramente los países y regiones más adelantado, ahondando la brecha entre éstos y los otros que, como el nuestro, vamos en el pelotón de cola en los asuntos de I+D.
En todo caso coincido plenamente en afirmar que es un error querer crear de forma artificial zonas o polos tecnológicas donde no hay nada de nada, sólo por intereses meramente políticos o de compensación, confundiendo el verdadero fin de las ayudas y programas, que es de crear ventajas competitivas a escala global, en dádivas o limosnas para regiones desfavorecidas o simplemente afines.