El pasado 12 de mayo, el Presidente Zapatero anunciaba en el congreso el plan «Escuela 2.0»:
«A partir del curso 2010/2011, cada alumno de quinto curso de Primaria de la escuela pública y concertada dispondrá de un ordenador portátil, que lo acompañará hasta que acabe la Educación Secundaria Obligatoria.
El objetivo que inspira el plan, llamado Escuela 2.0, es que los alumnos noten cada vez menos diferencia entre el aula y sus hogares. Esta diferencia tecnológica, según fuentes del Ministerio de Educación, ha dificultado en la última década la lucha contra el fracaso y el abandono escolar un 30% del alumnado abandona sus estudios al cumplir la edad de escolarización obligatoria sin acabar la ESO.»
Estas declaraciones ya venian siendo rumoreadas, y supestamente como medida de impacto se ofreció en el Debate sobre el estado de la nación. Tras ellas, se han generado varias oleadas de opinión: en la industria TIC y la industria de contenidos y en el sector educativo. He aquí algunas muestras:
A favor:
- EXCLUSIVA: El gobierno ultima un plan para dar un ordenador a cada niño de primaria
- Zapatero se lanza a la digitalización del sistema educativo
- La iniciativa de Zapatero sextuplicará los PC en colegios
En contra:
- Política y turismo digital: Zapatero no está en Internet
- La revolución no se vende en El Corte Inglés
- Un ordenador para cada alumno, un titular para Zapatero
- El ‘PC para todos’ de Zapatero pone en pie de guerra al sector minorista
Una de cal y una de arena:
- Zapatero confirma el portátil para estudiantes y Stallman le pide que no venda el país a Microsoft
- Cada autonomía adaptará el reparto de PC a escolares
A mí me gustaría, en éste artículo, analizar el impacto que veraderamente importa, que es el que afecta a los estudiantes, y desde las dos facetas que las TIC tienen en la educación:
- Las TIC como medio educativo
- Las TIC como fin educativo
Desde el primero de estos puntos de vista, el portátil estaría llamado a reemplazar a los libros, y con algunas ventajas. De momento, una ventaja de peso: de los más de 6 kilos que pesa la mochila de mi hijo mayor, a los dos que puede pesar un portátil. También son interesantes las capacidades de búsqueda y organización de la información, y las capacidades de comunicación y acceso a redes y sistemas de información.
En las TIC como fin, usaríamos el equipo para la enseñanza de la tecnología, lo que se ha venido en llamar e-skills (cibercapacidades, según la traducción de la UE). Según una reciente entrada de David Osimo, se reconocen cuatro niveles de capacidades tecnológicas:
- La alfabetización digital: la capacidad de leer y comprender textos y contenidos audiovisuales. Es la capacidad básica para usar la Red.
- La alfabetización mediática: la capacidad de producir contenidos y servicios basados en aplicaciones de libre disposición, tales como blogs, wikis, redes sociales, etc.
- «Instalar un servidor»: capacidad de instalar software en un servidor y personalizarlo. De este modo se puede aprovechar todo el software de código abierto disponible.
- Habilidades de Programación: escribir código, y diseñar y desarrollar aplicaciones.
No debemos olvidar que la escuela es el crisol donde se forjan las personas, hombres y mujeres futuros ciudadanos, y que más que enseñar, debería enseñar a aprender. Sabemos que la tecnología es un gran catalizador y transformador social. Por eso no es descabellado abordar seriamente su introducción en el aula, cosa que tarde o temprano sucederá, pero viendo siempre que la eficacia es muy baja si se reemplazan simplemente libros por ordenadores y no se replantean seriamente los procesos educativos.
No parece que sea eso lo que está sucediendo. Según escribe Wes Fryer en la web del 30th Annual NECC 2009, citando a Christensen, Horn & Johnson. Disrupting Class: How Disruptive Innovation Will Change the Way the World Learns. McGraw Hill. 2008. Pages 72-73 (la traducción es mía):
«… Los miles de millones que las escuelas han gastado en computadoras han tenido poco efecto en cómo los maestros y los estudiantes a aprenden … La razón de este decepcionante resultado es que la forma en que las escuelas han utilizado los ordenadores ha sido perfectamente previsible, perfectamente lógica y totalmente equivocada. Como se muestra en este capítulo, las escuelas tienen ordenadores amontonados en las aulas para mantener y mejorar marginalmente la manera en que ya enseñaban y dirigian sus escuelas, al igual que la mayoría de las organizaciones lo hacen cuando tratan de aplicar las innovaciones, incluidas las computadoras. Utilización de ordenadores de esta manera no permitir que las escuelas a migrar a un aula centrada en el estudiante».
La propuesta de Zapatero, y los pocos detalles que conocemos sobre ella, no nos permite ser muy optimistas. Resulta muy dificil realizar por este medio la necesaria transformación de la educación, y menos de un curso para otro. Parece más llamada a desencadenar una guerra de fabricantes y suministradores de hardware, software y contenidos que a transformar el entorno educativo y mejorar el aprendizaje de los alumnos.
Quizás sea buena idea regalar un portátil a cada alumno, pero antes, ¿porqué tenemos que pagar los padres los libros de texto?, ¿no sería más lógico que se los proporcionase el colegio, como les proporciona la silla y el pupitre?. ¿Porqué se cambian cada año, y no se pueden heredar entre hermanos o entre amigos?. ¿Porqué hay que tirarlos casi nuevos?.
Sería mejor centrar los esfuerzos en mejorar la capacitación y el prestigio del profesorado, dotarles de infraestructuras y servicios tecnológicos que permitan que sean ellos los lideres de la transformación tecnológica y no unos meros comparsas «analfabetos digitales» que se ven con frecuencia en inferioridad de condiciones frente a sus alumnos, a los que para remate vendrán unos «reyes magos» regalando ordenadores.
Para terminar, no me resisto a pegar aquí una ficción en primera persona de lo que piensa del asunto un alumno de primaria, publicada en el Blog Tercera Opinión:
“Hola, me llamo Marta. La semana pasada nos trajeron un montón de ordenadores, para todos menos para el profesor. Nos pusimos muy contentos porque pensamos que también nos traerían una pizarra nueva, sillas nuevas, un telescopio, material nuevo de laboratorio y que nos arreglarían la calefacción. Pero no, sólo trajeron ordenadores.
El primer día no hicimos nada con ellos porque nuestro profe no sabe informática. Dijo que ya miraría algo en casa, pero María la empollona le contestó que ella podía enseñarle, pues en su casa tiene un ordenador y sabe manejarlo. Todos nos reímos, pero el profe no.
El profe también dijo que eran para nosotros y que nos los podíamos llevar a casa. Yo cogí el mío y lo guardé en la mochila, pero a mi amiga Mati se le cayó y se le rompió todo -el profe le hizo una foto-. A Luis se lo robaron unos gamberros mientras volvía a casa y a Santi se lo rompió Mateo, el niño que nos pega a todos.
En clase los que más usan el ordenador son Toni y Andrés. Son dos niños un poco retrasados y que antes sólo hacían que molestar. Ahora con el portátil les ponen una película de dibujos y están más callados.
Ayer nos explicaron cómo sacar información de internet y nos mandaron deberes para buscar en casa. Mi papá, que ahora no trabaja, dice que no tenemos dinero para internet, por eso no he podido hacer los deberes esta semana.
A mi hermano mayor también le van a dar uno y él está muy contento pues dice que podrá colgar fotos y chatear con las chicas. También me ha dicho que, a partir de ahora, no tendrá que fijarse en las faltas de ortografía pues el ordenador las corrige automáticamente”.