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Funcionario Inteligencia Emocional

El director de orquesta

partitura1 de enero de 2009, Viena: Daniel Barenboim dirije el Concierto de Año Nuevo.

Mientras escuchaba el concierto, reflexionaba sobre algunas cuestiones de la labor del Director de Orquesta. Aquí están:

  • El Director de Orquesta no toca ningún instrumento.
  • El Director de Orquesta no quita protagonismo a los músicos.
  • La interpretación de la obra es mucho más que la suma de las interpretaciones de cada uno de los músicos, gracias al Director de Orquesta.
  • Aunque existen obras para música de cámara y orquestas de cámara sin Director, no sería posible la interpretación de una obra sinfónica sin Director de Orquesta.
  • Quizás el Director de Orquesta no sea el que más música sabe de la orquesta, pero hay que saber mucha música para ser un buen Director.

11 de enero de 2009, Madrid: El Calderón grita «Aguirre vete ya».

Aunque las habilidades que necesita un Director de Orquesta y un entrenador de fútbol son muy distintas, es obvio que hay muchas similitudes:

  • El entrenador de fútbol no juega los partidos en el campo. A pesar de ello, se supone que el entrenador debe saber de fútbol.
  • Además de fútbol, se dice que el entrenador debe saber psicología, para motivar a los jugadores, y para hablar con la prensa.
  • Los que meten los goles son los jugadores, y los que los paran, los porteros.
  • Pero cuando las cosas van mal, siempre se pide la cabeza del entrenador.

Decía Morgana en ¡Heil jefe! que:

«En las estructuras jerárquicas no sólo hay quienes estemos incómodos. En las estructuras jerárquicas sucede también que el talento y las capacidades de los que forman parte de su base se esfuman, se diluyen, se desperdician. Las actitudes proactivas y entusiastas son reducidas en ellas. Estoy convencida que esto tiene que cambiar. Pero no se cuándo ni cómo.»

Y a mi me parece que la dirección es necesaria, cuando hay que abordar grandes tareas, y un buen Director de Orquesta es capaz de sacar lo mejor de sus músicos, de potenciar su talento y de conseguir que se sientan orgullosos de pertenecer a una orquesta de prestigio. Pero cuando la orquesta suena desafinada, el Director debe dimitir, o si no dimite, que le echen y pongan a otro.

Viñeta de Forges en El PAIS de hoy
Viñeta de Forges en El PAIS de hoy
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Funcionario

Trabajólicos

workaholic1Cuando estuve en Japón, entonces en la cima de su fama como meca de la tecnología y del éxito como potencia económica, descubrí un gracioso mote que ponían a aquellos que excedían las 200 horas extras al mes (las máximas permitidas en los acuerdos con los sindicatos): workaholics (mal traducida como Workaholicos). Entendieron perfectamente que llegado un punto, la excesiva dedicación a la empresa o administración para la que uno trabaja no deja de ser un vicio, y no de los más sanos por cierto.

Pilar Jericó acaba de publicar dos interesantes artículos (y II) comentando las posibles causas y soluciones de esa adicción que curiosamente no está tan mal vista como otras más mundanas, al alcohol, tabaco, a la comida, o al sexo. Entre las posibles causas, la soledad o el divorcio. Entre las soluciones, una agencia matrimonial.

Recuerdo que mi entrada en la Administración, allá por el año 93, llegó acompañada de un aumento del horario trabajado (¡quién me lo iba a decir!) y de un descenso del sueldo respecto a la empresa privada. El descenso del sueldo no necesita explicación, pero el aumento de horario lo puedo explicar así.

Como decía, al poco de entrar en la Administración pasé a dirigir el Area de Sistemas del Ministerio de Industria, con unas 15 personas a mi cargo. Una mayoría de esas personas, al igual que en el resto del Ministerio, hacían jornada sólo de mañanas. Reuniones, despachos continuos y diversas interrupciones e imprevistos ocupaban las mañanas por lo que las labores que precisaban especial tranquilidad y dedicación, informes, especificaciones, pliegos y diversos documentos técnicos o administrativos habían  de hacerse por las tardes. Así llegó un punto en el que salir después de las siete se convirtió en la norma habitual, no solo en mí sino que era lo corriente en muchos casos como el mío. 

En esa espiral descubrí que la única solución para no prolongar de forma indefinida la jornada laboral era buscar ocupaciones externas de horario fijo que obligasen a cerrar las carpetas (quiero decir el PC) a una hora razonable y salir pitando del Ministerio. Así comencé una diversidad de actividades en centros culturales, probé el yoga, luego el tai-chi y ahora ya ando por las clases de bailes de salón.

De todos modos, comentábamos este verano Rosa Cobos y yo que el horario que hacemos en los Ministerios es en ocasiones desmesurado. Y además tengo serias dudas de que ese exceso de dedicación horaria tenga una correspondencia equivalente en productividad. Más bien se diría que se sigue midiendo el rendimiento de la gente no por el trabajo que sacan sino por la hora a la que fichan.

Sea por lo que sea, parece que todo ascenso jerarquico viene acompañado necesariamente por un ascenso de hora de salida del trabajo. A mi la verdad es que ese pequeño factor parece que va a acabar siendo el que limite mi carrera profesional, porque no estoy dispuesto a sacrificar el resto de mi vida personal a la entrega a «lo público» y porque es insano vivir de esa forma, y además por el mal ejemplo que se crea para el resto de trabajadores. Las carencias de rendimiento y productividad deberían tener mejores soluciones que prolongar la jornada laboral.

A ese respecto, recomiendo la lectura de Heinlein «The story of the lazy man» dentro de su libro «Time enough for love». Para aquellos demasiado vagos para leerlo, lo resumiré aquí: se cuenta la historia de éxito de un hombre vago, que para no trabajar, buscaba siempre formas más fáciles de hacer las cosas. Y esa búsqueda producía constantemente progresos que le daban pingues beneficios.

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Funcionario Servicio Público

La fórmula de la gestión de la producción en las Administraciones

burocraciaDecíamos en un post anteriorLa gestión de la producción en las Administraciones») que la no existencia de beneficio económico en las Administraciones Públicas dificultaba el análisis de la producción (*) y la optimización de aquellos procesos de caracter marcadamente productivo.

Durante un tiempo estuve dándole vuelta a los diversos factores que influyen y que manejamos a diario (o somos manejados por ellos), y que son a la postre muy pocos. Esos factores los he agrupado en una fórmula que creo se puede aplicar en estos casos.

La fórmula es la siguiente: 

Cantidad x Calidad = Recursos x Tiempo

Que dicho en román paladino, viene a ser algo así como: «La cantidad y calidad de los resultados de un sistema productivo son una funcion directa de los recursos materiales y humanos y del tiempo disponible para conseguirlos»

Parece una verdad de Perogrullo, ¿no?.  

Vamos a analizar un poquito sus implicaciones.

  • Si tenemos una situación en la que los recursos son limitados y el tiempo también (que seguramente es la más frecuente), entonces todo aumento de la cantidad viene acompañado de un decremento de la calidad.

Ejemplo: si en una unidad que se tramitaban, pongamos por caso, mil expedientes al año, se deben tramitar ahora dos mil, entonces los errores y problemas derivados de los mismos, se multiplicarán probablemente por dos, o quizás por un factor mayor.

Fijaos que no entro en valorar la motivación de los funcionarios y/o la presión que se puede ejercer sobre ellos para aumentar su rendimiento. La fórmula es válida si se supone que el equipo humano está motivado adecuadamente. El aumento de la presión sobre los funcionarios para conseguir más resultados generalmente consigue  más cantidad y peor calidad, que es lo que dice la fórmula.

  • Por lo tanto, si queremos mantener la calidad, en el mismo plazo, es preciso aumentar los recursos (materiales y humanos) aplicados al problema. 

En esto hay una pequeña trampa, y es que la calidad, en su concepción más objetiva, no es realmente apreciada en la maquinaria administrativa. Quiero decir la calidad entendida como parámetros de calidad medidos según parámetros predefinidos, aplicados al proceso administrativo de que se trate.

Ejemplo: en la gestión de expedientes administrativos, un posible parámetro de calidad puede ser el porcentaje de expedientes que son alegados o recurridos, y a los que finalemente se reconoce en todo o en parte las alegaciones.

El aumento de recursos, cuando se produce, debe venir acompañado de los procesos de comprobación para verificar que se han conseguido los resultados deseados.

Aumentar los recursos no es fácil. Porque no es facil encontrar recursos cualificados, ni con el tiempo de antelación suficiente para atajar el problema. La incorporación de funcionarios es tan lenta que lleva años, por lo que se suple frecuentemente con asistencias técnicas externas, que en mi opinión y por buenas que sean no pueden realizar todas las funciones, y además son caras.

  • Finalmente, si no se pueden conseguir recursos, y la calidad es exigida, sólo nos queda la opción de alargar el tiempo.

Casi todos los procedimientos administrativos establecen unos plazos para las actuaciones, pero se cuidan mucho de establecer en detalle las consecuencias del incunmplimiento de los plazos. Así que el estiramiento de estos plazos es bastante habitual. Lo cual viene a ser ni mas ni menos que otra forma de perder calidad: someter al administrado a retardos prolongados, y, según su percepción, ilegales.

Lo que pasa es que la Administración juega con ventaja, pues aunque siempre es posible litigar contra ella, y algunos lo hacen, es una tarea dificil,  cara, y prolongada. En el blog de Sevach ( El Tribunal Supremo pone en su sitio a la Administración Tributaria) se contaba el caso de  Repsol contra la AEAT. El caso, que ha ganado REPSOL, era una reclamación sobre la declaración de la renta del año 1992, que se ha resuelto finalmente en 2008, ¡16 años después!.

Así pues, y como resúmen: las Administraciones tienen numerosos procesos productivos, que pueden optimizarse, pero hay que establecer indicadores objetivos que midan tanto la calidad como la cantidad asociada a la producción, y tener en cuenta que el factor temporal puede ser tanto un requisito previo (input) como un resultado (output) de los procesos productivos.

Hay cuestiones trasnversales que no abordo aquí, aunque son obvias: la organización productiva asociada; la reorganización de los procesos, con o sin aplicación de la tecnología; el marco legislativo, y las facilidades o dificultades que ofrece para la optimización descrita; y la capacitación y la motivación del equipo humano, que muchas veces es el factor más importante de todos.   

(*) Lecturas recomendadas: 

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Funcionario

La sentencia del Constitucional sobre el caso FEDECA

sede_tribunal_constitucionalEl día 1 de marzo de 2007, junto con otros compañeros, me presenté a las elecciones sindicales en el Ministerio de Industria, como parte de la candidatura de FEDECA, la  Federación de Asociaciones de los Cuerpos Superiores de la Administración Civil del Estado. 

La verdad es que no esperaba resultar elegido. Los sindicatos «tradicionales» habían copado desde tiempo inmemorial la representación sindical de los funcionarios, y yo ni siquiera ocupaba un lugar destacado en la lista de FEDECA de Industria.

Lo que no me esperaba ese día era que la lucha de esos sindicatos ( CCOO, CSI-CSIF y FSP-UGT) contra nuestra candidatura no se dirimiese en las urnas. En su lugar, debieron de considerar más productiva, como así fué, la exclusión directa de los competidores, mediante la lucha legal, argumentando que FEDECA no era un sindicato y no podía por tanto presentar candidaturas.

El lío que se formó fué mayúsculo, pues todo estaba preparado, las mesas, las papeletas, los candidatos, pero sencillamente se retiraron de las mesas electorales las candidaturas de FEDECA y nadie les pudo votar, al menos en Industria. En otros Ministerios sin embargo sí se les votó, con unos interesantes resultados: en Justicia fué la candidatura más votada. En el MEH, empate a representantes en el primer lugar, con GESTHA. En otros, la representación no fué tan importante pero siempre significativa. 

Después de todo, el temor de los sindicatos tradicionales estaba más que justificado. Independientemente de las consideraciones legales, lo que quedó plasmado, donde se pudo votar, es que una parte importante de los funcionarios no se sienten representados por estos sindicatos. Harían bien (los sindicatos) en reflexionar porqué.

Hoy he tenido conocimiento de la noticia por la cual se publica la sentencia del Tribunal Constitucional en la que se reconoce a FEDECA la capacidad de actuar como sindicato y por tanto de presentarse a las elecciones sindicales.

Pero éste es uno de esos casos en que se me antoja una victoria pírrica. Finalmente te dan la razón, pero «el enemigo» ha conseguido su objetivo.

Me parece interesante recuperar ahora el ideario que se elaboró a modo de «programa electoral» para la participación en las elecciones del 1 de marzo de 2007:

Los fines que buscamos en FEDECA son:

  • Dignificar la función que realiza la Administración defendiendo que las funciones derivadas de la potestad administrativa sean realizadas, de forma exclusiva, por funcionarios, garantizando, con ello, la independencia frente a los movimientos políticos y electorales
  • Dignificar la función que desarrollan los Cuerpos Superiores dentro de la Administración. Buscamos mejorar, también, nuestra imagen, dando a conocer a la sociedad los importantes cometidos que realizan los Cuerpos Superiores.
  • Una verdadera defensa de todos los funcionarios que, tradicionalmente, han sido olvidados, el estrato alto y medio de la Administración, para lograr la mejora de las condiciones laborales.
  • Una participación real y honrada en la defensa de los compañeros. Nosotros no buscamos la liberación de personas, sino el trabajo por el colectivo.
  • Intentar conseguir, a pesar de lo difícil de los resultados, la capacidad para negociar.
  • La lucha por la creación de una carrera profesional basada en unas categorías, pretendiendo, por ejemplo, que pueda haber mejoras para los funcionarios con independencia del puesto en el que se encuentren. Tal pretensión debe recogerse, según nuestro criterio, dentro del Proyecto de Ley del Estatuto del Empleado Publico y de la futura Ley de la Administración General del Estado que desarrolla la anterior.
  • Mejora de las retribuciones y recuperación del poder adquisitivo perdido en los últimos años.
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Funcionario

Los caminos

Todo pasa y todo queda, 
pero lo nuestro es pasar, 
pasar haciendo caminos, 
caminos sobre el mar. 

Nunca persequí la gloria, 
ni dejar en la memoria 
de los hombres mi canción; 
yo amo los mundos sutiles, 
ingrávidos y gentiles, 
como pompas de jabón. 

Me gusta verlos pintarse 
de sol y grana, volar 
bajo el cielo azul, temblar 
súbitamente y quebrarse… 

Nunca perseguí la gloria.  

Caminante, son tus huellas 
el camino y nada más; 
caminante, no hay camino, 
se hace camino al andar. 

Emocionantes estos versos de Machado, ¿verdad?. Los caminos se recorren, empiezan y terminan, se cruzan, se juntan y se bifurcan.

Empecé hace unos dos años mi andadura en los blogs profesionales, gracias a la invitación que me hizo Montaña Merchán. En un blog por entonces anónimo, en el que ya escribía Montaña con identidad ficticia, dí mis primeros pasos, aconsejado y orientado por ella.

Más tarde, y por iniciativa mía, pasamos a WordPress, esta vez con nuestras identidades reales (si es que se puede decir que es real lo que circula por la red), y con el blog alojado en un dominio propio, vozyvoto.es

Allí estuvimos juntos algo más de un año; no se puede decir que hayamos mantenido una linea editorial coordinada y homogénea. Pero desde diferentes puntos de vista, se enriquecen muchas veces las ideas.

Ahora los caminos que una vez se juntaron se vuelven a bifurcar. Los motivos creo que no tienen mucho que ver con el blog. Al menos, no me siento identificado con el «egoista depredador» que describe Montaña en sus Reflexiones de un día. Desde luego, nunca he intentado usar mi participación en el blog como plataforma o palanca de ningún tipo. Siempre he escrito por el puro interés de compartir, de ofrecer, y de recibir también lo que otros opinasen. Ha sido una experiencia gratificante, con valor suficiente por la experiencia en si misma. Por todo ello agradezco a Montaña su ayuda y por acogerme en su blog durante tanto tiempo.  

En esta nueva etapa, que seguramente traerá novedades, tengo al menos el propósito de hacer un enfoque basado sobre todo en aportar ideas, ideas positivas y constructivas. Y cuando haya que criticar algo, que también es necesario a veces, intentaré hacerlo en clave de humor.

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Funcionario

Compañeros

Compañeros
Compañeros

Me ha encantado volver a ver, después de hace más de un año, y en torno a una mesa redonda, con platos redondos, a algunos de mis más queridos compañeros de ese crisol de profesionales comprometidos que fué en su tiempo la Subdirección de Informática del Ministerio de Industria.

Resulta curioso cómo a lo largo del tiempo, aquella diáspora que comenzó allá por el 2000 y llega hasta nuestros días, y nos ha repartido de forma hetereogénea por todo tipo de hogares administrativos, mantiene sin embargo una conexión mucho más fiable que los enlaces de comunicaciones con los que trabajábamos entonces.

Algunos, como Adolfo, recalaron en el BOE, y se enfrentan ahora al trauma psicológico, dramático diría yo, de eliminar el BOE en papel; la imprenta ya no sacará más ejemplares a partir del día 1. No es fácil transformar una organización cuya misión directa ha desaparecido de repente. Confío en Adolfo, una persona cabal y posibilista, aunque no me gustaría estar en su pellejo en estos momentos.

Otros han conseguido entrar en el Edén de los funcionarios informáticos: el IAM. Buenos sueldos, buen ambiente, poca herencia y mucho por inventar. Lástima que algunas condiciones periféricas no sean todo lo buenas que pudieran ser, como el sitio alejado y mal comunicado. Pero, Mariano, no se puede tener todo.

La Agencia Tributaría acogió a Marta, quien ha mantenido la llama de este emotivo reencuentro. También muchos envidiamos a la gente que se ha ido a la AEAT, aunque desde la marcha de Santiago Segarra ya no es lo que era.

Victoria, después de su paso por el MAP, ha terminado en Presidencia, donde atiborra de PDAs, PCs, y todo tipo de trastos (con su aplicación de gestión de eventos y documentos, of course) a los altos jerifaltes que concurren en torno al Presidente.

Y Clara, a quien reprochábamos su cambio de persona soñadora e idealista a pragmática a ultranza, en su trabajo actual en la Informática del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Sobre la mesa, hemos arrojado con vehemencia argumentos contrapuestos: que si no hemos avanzado nada, que si hemos progresado mucho. Que si la tecnología por delante, que si la tecnología como medio. Que si hemos hecho, aparte de informáticos, tareas de marketing, de organización, de comercial e incluso de psicología.

Había algunos huecos en la mesa también. Algunos coyunturales, otros más permanentes. Hemos reflexionado sobre lo conveniente de relativizar todo lo que nos pasa, sin por ello abandonarnos. Pero no he visto infelicidad en ninguna de sus caras.

Alguno de los asistentes seguía éste blog, pero la mayoría no. Sin embargo hemos hablado de asuntos que ya en un momento u otro han salido aquí. Les he echado el chorreo y les he prometido que escribiría sobre lo de hoy y les mandaría el enlace, cosa que estoy a punto de hacer.

En fin, tras haber sobrevivido a un intento de asesinato por un trozo de chocolate, y a un intento de multa por un aparcahoras, hemos quedado comprometidos los sobrevicientes a repetir lo antes posible en memoria de los ausentes y de nosotros mismos, que para eso nos hemos juntado. Bueno nos hemos conjurado para que en la próxima además de papeo haya meneo, que para eso hemos alcanzado la paridad 😉

…por cierto, chicos, unos comentarios… 😀

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Funcionario

Administración rica, funcionario pobre

pantalla-lcd1Ya que va la cosa de chascarrilos (Una fotocopia real), os contaré uno, a ver si os reís un poco.

Resulta que de un tiempo a esta parte tengo cada vez más dolores de espalda. Segun uno de mis masajistas es un exceso de estrés, según otro es una mala postura en el trabajo. Según yo mismo son ambas cosas.

Como lo primero no lo puedo remediar, pero lo segundo sí, he cambiado de sitio la pantalla y el teclado, he pedido que me cambien el magnífico y antiguo, aunque aparente, sillón presidencial, por una moderna, aunque funcional, «silla ergonómica» y por último, como mi pantalla ya tiene cuatro años, he pensado que quizás podría conseguir una mejor.

Así que me he acercado al departamento de informática, donde he comprobado que tienen todos pantallas de 19 pulgadas (la mía es de 17) y amablemente me ofrecen una de 17 que tenían por allí.

Tras volver a mi despacho, reflexiono y decido enviar un correo al servicio de informática, preguntado cómo se puede solicitar una pantalla de 19 pulgadas. Esta es la contestación que recibo por email:

Efectivamente, los nuevos PCs que adquirimos vienen con pantallas de 19″ y según el ritmo de renovación los vamos instalando progresivamente en el Ministerio. Llevamos un inventario de la fecha de adquisición de cada PC y según este sistema los reemplazamos.

Salvo en un caso que se nos presentó en que el trabajador aportó un certicado médico de insuficiencia visual, respetamos estrictamente el ritmo de renovaciones, pues de otra forma entraríamos en una cadena de agravios ingestionable.

Sentimos no poder dar otra explicación. Salduos.

Así pues, el Ministerio no puede permitirse invertir los 200 euros que cuesta hoy dia una pantalla de 19 pulgadas en un trabajador que lo solicita, aunque sin embargo no tiene ningún pudor en anunciar que, sólo en el marco del Plan Avanza, se han gastado 1800 millones de euros sólo en 2008.

Según algunos estudios, la gestión de ayudas públicas viene a tener un coste de entre un 3% y un 5% de los fondos gestionados. Actualmente, el grupo de ayudas a PYME que dirijo dentro del Plan Avanza, gestiona unos fondos anuales de unos 500 millones de euros, entre subvenciones a proyectos y préstamos TIC. Para realizar esta gestión cuento con ocho funcionarios en total, más una asistencia técnica de cuatro personas que aumentan hasta siete en los picos de trabajo.

En total y por mucho que valoremos a lo alto el coste por persona, no alcanzan el millón de euros al año entre los ocho, más una imputación estimada de 600.000 euros al año para la asistencia técnica. Así que nuestro coste, en proporción a los fondos gestionados, es de un 0,3%.

No cabe duda de que el rendimiento es espectacular, lo cual no puede conseguirse más que con una dedicación y profesionalidad fuera de toda duda.

Por si fuera poco, no ya las pantallas LCD, sino otros recursos informáticos solicitados brillan por su ausencia. En mayo de 2007 se solicitó oficialmente, con especificación técnica por escrito y todo, el desarrollo de una aplicación informática para poder gestionar los Préstamos TIC, que ellos solos se llevan 300 de esos 500 millones al año que mencionaba antes, para un total de 100.000 beneficiarios, entre particulares y empresas.

Un año después, en mayo de 2008, conseguimos que empezasen a desarrollar la aplicación. Tras diversas reuniones por fin tuvimos fecha de entrega: 1 de julio de 2008. Sin embargo, a estas alturas, ya empezado noviembre, seguimos sin tener la aplicación. Resultado: seguimos gestionando a base de Access y Excel, herramientas socorridas donde las haya.

Sólo se me ocurre una explicación, que no es otra que el temor a la crisis y la llamada a «apretarse el cinturón» como Oscar Cortés menciona en su blog: Cuando las neuronas no dan para más

Por otra parte me hace gracia eso de la cadena de agravios. Como si conceder a un trabajador que destina diez horas diarias de su vida, sentado en una silla delante de una pantalla, una mejora objetiva en las herramietas que usa para trabajar, fuese un agravio para el resto de trabajadores. Por esa regla de tres, si en lugar de una pantalla de 19 me «castigasen» dándome una de 15 (y de CRT ¡toma ya!) mis compañeros deberían regocijarse intimamente. Pensarian, seguramente, que el exceso de dedicación al trabajo es lo que acarrea consigo, y que mejor será escaquearse cuanto más mejor, a ver si así consiguen en cambio que les mejoren su puesto de trabajo.

Para agravios comparativos, los de los sueldos, no ya con la empresa privada, sino con otras administraciones. Por el mismo nivel de puesto y responsabilidad, el Ayuntamiento de Madrid paga 20.000 euros más al año, limpios de polvo y paja.

Como dice Montaña Merchan en Cadena de montaje, «Creo que esa es una de la razones por las que la administración no cambia: exije esfuerzo y no se agradece.»

Ah por cierto, por contraste, la contestación a la solicitud de silla ergonómica fué:

«Félix, me reenvían tu petición de una silla. Haz el favor de pedirla a través del PROA. Por lo que dices, el concepto sería el de “silla ergonómica con brazos”. Gracias»

Y al día siguiente (por hoy) ya tengo mi flamante silla, con la que estoy encantado. Parece que, de momento, no ha desencadendo una «cadena de agravios ingestionable» :-D.

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Moralejas administrativas: la historia de Kung Chang

Kung Chang llamó a su jefe y le dijo:

– ‘Jefe, hoy yo no tlabajal, yo estal enfelmo. Duele cabeza, duele panza, duele pielna, no voy tlabajo’.

El Jefe le responde:

– ‘Kung Chang, realmente hoy te necesito en el trabajo. Cuando me siento así de mal, le pido a mi esposa que tengamos sexo. Eso me hace sentir mucho mejor y puedo ir a trabajar. Deberías probar, te hará muy bien’.

Dos horas después, Kung Chang vuelve a llamar a su Jefe y le dice:

– ‘¡Jefe, no sabel qué decil! Glacias pol consejo, ya sentilme mucho mejol, enseguida yo il tlabajo. Felicito mucho, muy linda su casa, muy glande su cualto y muy buena su esposa’.

Moraleja administrativa:

‘La comunicación debe ser clara. Sea explícito cuando hable con sus colaboradores’.

UPDATE (22-oct): Pilar Jericó, ayer, al alimón, publicó un interesante artículo sobre la comunicación: Escalera de inferencia o cómo surgen los malos entendidos. Si aplicamos la teoría de este artículo al caso del Jefe, pensaría: El chino este siempre busca una excusa para no trabajar. Encima, me jode (bueno, a mi mujer). No tengo más remedio que despedirle y que se joda él.

Cuando ni se le ocurre pensar que quizás el problema es que él no se explicó con suficiente claridad. Y por supuesto, ni se le ocurre preguntar porqué el chino hizo esa interpretación. Quizás, en su país, compartir esposas es algo de lo más normal.

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Pablo Fernández

forges-12Pablo Fernández se levanta como cada día y acude a su puesto de trabajo, a la hora de siempre. Por el camino sigue dando vueltas a la conversación de ayer. Su nuevo jefe, un Subdirector proveniente de otro Ministerio, ha decidido cambiar completamente el procedimiento de tramitación de reclamaciones. A pesar de sus protestas, y de las explicaciones de los efectos indeseados para los ciudadanos, primero, y para los funcionarios, después, su nuevo jefe cree que este cambio es necesario para arreglar algunos defectos, de forma y de fondo, del procedimiento.

Pablo, al rato de pensarlo, ha decidido no concederle mayor importancia. A fin de cuentas, es el cuarto jefe en tres años. Los anteriores vinieron con ideas parecidas, proponiendo cambios y exigiendo dedicación. Los trabajos empezaron, pero fueron revisados por tanta gente que no alcanzaron la fase de propuesta. Cuando ya parecía que estaban salvados todos los obstáculos, o bien el proyecto no empezaba, o bien al poco de empezar se veian tantas pegas que no se utilizaba y se volvía a los métodos anteriores.

Pablo tiene claro que «los de arriba» necesitan algo para enseñar y para demostrar que están allí para cumplir una función y no simplemente para ocupar una silla. Lo malo es que, a veces, hasta se creen de verdad que han sido nombrados por su capacidad para el cargo y por sus conocimientos sobre la materia, e intentan enseñar a todos el funcionamiento de los menores detalles como si llevasen veinte años haciéndolo.

A Pablo le cuesta bastante callarse y aguantarse las ganas de decir lo que piensa sobre la competencia del recién llegado. Pero también piensa que, en el fondo, como el que acaba de llegar durará dos días, para qué va a complicarse la vida y amargarse. Así que a callar y obedecer, que el tiempo pondrá a cada uno en su sitio.

Circa 2004.

De la serie «Papeles encontrados en una bañera».

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Crisis? What Crisis? (el meme)

Supertramp-Crisis_What_CrisisFuncionata nos pasa el meme de la ¿Crisis? ¿Qué Crisis?– Ya Supertramp, visionarios del futuro, supieron captar esta «leve alteración socioeconómica pasajera» en su magnífico disco.

Bueeeno pero vamos a ver si podemos hacer algo para aliviar un poco más esta gripecilla…. Propongamos cinco medidas contra la crisis, siempre desde del punto de vista funcionarial, claro está. Allá va.

  1. Bajar el sueldo a los funcionarios. ¿A que suena bien?. Fácil, barato. Sin efectos secundarios. Lo malo es que las subidas salariales están ya pactadas. Pero lo bueno es precisamente eso: pactadas en la subida del IPC previsto, que si no me equivoco es del 2%. Como la inflación ya galopa sobre el 5%, tenemos una bajada real de los sueldos del 3%… y todo ello a coste cero!. Por cierto, para los desmemoriados, en la anterior crisis, creo que en torno a 1996, ya el PP congeló (subida del 0%) los sueldos, aunque se había pactado una subida del IPC previamente. Pero como el pacto era con el anterior gobierno…
  2. Gastar menos. Es exactamente como la idea de Prolongo «La Administración de Bajo Coste». En esa idea, si la he entendido correctamente, las «Administraciones deberían aplicar criterios de ahorro y de gasto público razonable en la ejecución de los presupuestos, sobre todo en estos tiempos de crisis». Es una buena idea. Como todo el mundo sabe, normalmente se efectúan muchos gastos en las administraciones sin ningún control, sin criterios verdaderamente de ahorro y eficacia, sin hacer públicos los concursos de aprovisionamiento y contratación, sin comparar ofertas. Por lo tanto va a ser muy muy fácil ahorrar simplemente gastando mejor. Además, como tenemos nueva Ley de Contratos, estoy completamente seguro que, si alguna de las contrataciones no puede llevarse a buen término, todo el mundo entenderá que se debe a las dificultades y desconocimiento de la aplicación de la nueva ley. Así que…. todos contentos.
  3. Simplificar las Administraciones. Huy! aquí si que puede que le duela a alguien. Pero no me digáis que no tiene lógica. Actualmente el ciudadano sostiene con sus impuestos nada menos que CINCO Administraciones: de abajo a arriba: Entidades Locales, Diputaciones, Comunidades Autónomas, Administración Estatal, y Unión Europea. Además, esta medida de adelgazamiento tiene un efecto secundario que también es beneficioso: al haber menos Administraciones, habría menos burocracia, menos normativas dispersas y diferentes, lo cual simplificaría la vida a los ciudadanos y a las empresas, y produciría un ahorro en toda la sociedad. Sólo le veo una pega: ¿Cuál quitamos? y ¿Quién le pone el cascabel al gato?.
  4. Aplicar economías de escala. Se trataría de una medida de ahorro, pero algo más inteligente, y hereda rasgos de las dos anteriores. Siempre se ha dicho que las administraciones inventamos la rueda una y otra vez. La palabra clave es reutilización, y se apoya en otra palabra clave estandarización. Montaña hacía cabal uso de él en su anterior post Contenidos digitales. Lo que pasa es que esta medida implica ponerse de acuerdo, negociar y siempre siempre siempre renunciar a algo. Y me temo que todos tenemos siempre NUESTRA solución, siempre DIFERENTE de la del de al lado… mismo problema que la medida 3 propuesta.
  5. Aplicar el sentido común. Estoy seguro de que me vais a pegar: es una verdad de Perogrullo. Pero todos sabéis que es merecidamente el menos común de los sentidos. Supone levantarse cada mañana con las pilas puestas, no dar la batalla por ganada, evaluar, juzgar, revisar, criticar (crítica constructiva), estar atentos y vigilantes, y sobre todo no confundir el mapa con el territorio. En definitiva, combinar esfuerzo con inteligencia y eso, ay!, es muy cansino.

Bueno, hasta ahí llegan mis propuestas. Son poco originales, pero creo que bastante descaradas. Soy escéptico respecto a su aplicación. La medida 1 se aplicará sin ningún género de duda. La 2 probablemente también, aunque me temo que de forma muy diferente a la imaginada por prolongo. La 3 es una quimera, pero había que decirla. La 4 también es una quimera, pero tiene mejor marketing. Nos la venderán como hecha aunque no se haga. Y la 5… entraríamos en el Guiness.

Y también soy escéptico por el hecho de que la salida de la crisis depende bastante poco de lo que hagamos, y en concreto de lo que no hayamos hecho ya. Porque lo que sinceramente me parece absurdo es esperar a entrar en la crisis para hacer algo para salir de ella.

En fin, no soy optimista. A ver si alguno de los comentaristas ve la botella un poco más medio llena y me alegra el día.

P.D. Lo pensé pero no lo escribí, este sería el sexto mandamiento: aplicar aquello de «a Dios rogando y con el mazo dando». Cada uno que se aplique el cuento, ahorrar es cosa de todos. Acordaos de aquel anuncio contra el despilfarro: «Si tú puedes pagarlo, España no puede».