«De nuevo ha llegado la hora de echar un vistazo a una empresa iniciada hace más de treinta años, antes de que toda una serie de descubrimientos científicos y revoluciones tecnológicas cambiaran nuestro mundo hasta situarlo casi más allá de todo reconocimiento. Cuando empecé a escribir 2001, una odisea espacial (en una máquina de escribir, ¿han visto ustedes alguna últimamente?)…»
Arthur C. Clarke, en el prólogo de 2010: Odisea Dos.
Sir Arthur, en una simple frase, acierta a describir los elementos esenciales y las consecuencias de lo que damos en llamar «Investigación, Desarrollo e Innovación», y que sin embargo tanta confusión ofrece a nuestros gobernantes en el momento actual. Al menos, y como sucede con otros potenciadores sociales, como la educación o el sistema electoral, parece que todo el mundo cree que hay que hacer algo, pero nadie sabe exactamente qué.
No cabe duda de que, aparte de este origen, este plan ha debido beber de fuentes como el VII Programa Marco Europeo de Investigación, y del nuevo Programa Marco para la Competividad y la Innovación (CIP).
Esta pretendida orientación horizontal no parece haber impedido al nuevo PN I+D+I reservar espacio para cinco Acciones Estratégicas verticales:
- Salud
- Biotecnología
- Energía y cambio climático
- Telecomunicaciones y Sociedad de la Información
- Nanociencia y Nanotecnología, Nuevos Materiales y Nuevos Procesos Industriales
Y ¿ya está?, ¿problema resuelto?. Entonces, ¿a qué viene la nota de prensa de Europa Press de ayer: La Agencia de Evaluación propone más coordinación entre el plan de I+D+i e Ingenio 2010 para reducir la brecha tecnológica?. Curiosamente, la base de esta información parece ser un informe de la AEVAL datado en Noviembre de 2007: E01/2007. Evaluación 2007 del Programa Nacional de Reformas de España. 1. Conclusiones y recomendaciones principales.. En esta nota se señalan claramente algunos puntos claves:
- Reforzar las estructuras de Gobierno en el seno de la Administración General del Estado (AGE) con el fin de lograr la implementación del nuevo plan nacional.
- Garantizar la continuidad y reforzar la dependencia jerárquica del Comité de Apoyo y Seguimiento (CAS), adscrito a la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología (CICYT).
- Contar con la «plena implicación» de los órganos asesores de la CICYT responsables de la coordinación con las Comunidades Autónomas (Consejo General), así como con la participación de la comunidad científica, agentes sociales y administración (Consejo Asesor).
- Reforzar la «autonomía y autoridad» del Sistema Integral de Seguimiento y Evaluación (SISE), una de las «piezas maestras» de la estrategia, con el fin de facilitar su labor de «centralización».
- Crear la Agencia Estatal de Evaluación, Financiación y Prospectiva [de I+D+I]
- Reformar la Ley de la Ciencia para diseñar una carrera investigadora «coherente» para todos los organismos de investigación. De esta manera, serían capaces de atraer y retener a los «mejores» científicos y presentar a los jóvenes una perspectiva de carrera «atractiva».
- Reforzar los mecanismos de cooperación entre la política de I+D+i y otras políticas sectoriales. En particular, su contribución a los objetivos de la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible.
Podemos recordar ahora algunas de las propuestas del PSOE en su programa electoral relacionadas con la I+D+I, y que yo comentaba en este mismo blog en el post de Montaña Merchán «A apretarse el cinturón«:
«Las nuevas propuestas del programa electoral del PSOE son variadas: la Oficina de la I+D+i podría estar de nuevo en esa línea, pero con un enfoque más instrumental (”diseño, evaluación y coordinación de la Política de I+D+i”). También aparece la “Agencia Española de Financiación de la Investigación” para “financiar proyectos de investigación básica y aplicada con criterios de excelencia científica” ¿CSIC bis?. Por si fuera poco, una nueva “Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación” .
Tiene toda la pinta de que esta nota de prensa es un claro aviso a navegantes de próximos movimientos relacionados con el nuevo gobierno que nos caerá en el mes de abril, y del reparto que tendrá lugar, así como de la insistida «Agencia de la I+D+I» aunque no queda claro cual sería su dependencia ni su incardinación con otros implicados como por ejemplo el CSIC.
A mi la verdad es que me gustaría que al final todos estos movimientos se realicen sin perder de vista que la Investigación Científica y el Desarrollo e Innovación Tecnológica deben mejorar la vida de nuestros ciudadanos y la productividad de las empresas, llevando a, según la expresión de Sir Arthur, la transformación del mundo en que vivimos. Ya que, al igual que Montaña, en su post «Innovación«, estamos demasiado acostumbrados a ver como a pesar de tener muy cosas buenas en casa, acabamos desconfiando de lo propio y buscando la tecnología y las soluciones fuera, como el análisis del propio PN I+D+I 2008-2011 muestra: como contraste al continuo incremento del esfuerzo presupuestario público en I+D, que se multiplica por cinco en los últimos diez años, la balanza del comercio exterior de productos de alta tecnología ha visto multiplicado por tres el saldo desfavorable a nuestro país en ese mismo periodo (*).
(*) El periodo de balanza comercial exterior que muestra el análisis del PN I+D+I corresponde a 1996-2005.