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Democratizar la Innovación

El libro «Democratizing Innovation» afirma que hay dos tipos de innovación: aquella realizada por los fabricantes y la realizada por los propios usuarios. Eric Von Hippel, su autor, dice que, en oposición a la innovación convencional, realizada por los expertos en innovación de las empresas o entidades productoras de bienes o servicios, cada vez más son los propios usuarios los que innovan en esos productos o servicios, y que este tipo de innovación tiene una serie de ventajas sobre la convencional.

Aquí, los usuarios pueden ser individuos, empresas o cualquier organización. Además, una organización o usuario puede ser productor e innovador en el lado de la oferta para determinados bienes o servicios, y al mismo tiempo ser usuario para otros.

Como un ejemplo curioso sobre la innovación realizada por usuarios, comenta el desarrollo de anclajes para los pies en las tablas de windwsurfing, que permitían mejorar los salto, y que fue perfeccionándose de forma colaborativa entre todos los aficionados a este deporte.

La principal diferencia entre ambos tipos de innovación es la siguiente: mientras que en la innovación del usuario, es él quien se beneficia directamente de la innovación, en la otra tiene que haber un proceso comercial, una oferta y demanda, una venta del producto, que a su vez lleva implicada la gestión de patentes o DPI asociados a la innovación.

Las ventajas de la innovación realizada por el usuario serían:

  • Es mas barato si lo hago yo que si lo encargo
  • Conseguiré algo mas cercano a lo que deseo que si lo hace otro
  • No tengo que dar explicaciones (ni especificaciones, ni papeles)
  • Satisfacción, aprendizaje y/o diversión por el hecho de haberlo hecho por mi mismo (síndrome IKEA).

En cambio, cuando un tercero (p. ej. fabricante) interviene, se plantean algunos inconvenientes:

  • Hay que explicarle que es lo que deseo
  • El fabricante intentará innovar en un producto que sirva para mí pero también pueda vender a otros
  • El fabricante intentará reutilizar cosas que ya tiene
  • Por lo tanto hará algo que no es lo que quiero exactamente, pues sus intereses y los mios no son los mismos.

Otra diferencia entre ambos es que los usuarios tienden a hacer innovaciones más «nuevas», mientras que los fabricantes tienden a mejorar o perfeccionar aquello que ya tienen: innovación creativa frente a innovación evolutiva.

Por último, los usuarios tienden a compartir libremente sus conocimientos y mejoras obtenidas en el proceso de innovación, pues ésto les produce beneficios en el intercambio realizado con otros usuarios con problemas similares, a través de las múltiples comunidades de usuarios tan en boga en Internet. Aqui podemos decir que la red está multiplicando las posibilidades y acelerando el desarrollo de esta tendencia hacia la innovación por el usuario.

Está claro que la innovación por el usuario no gusta a todos. Para empezar las propias empresas están en contra de toda innovación que no venga de ellas mismas, y guardan celosamente los resultados y aprendizajes obtenidos como parte de su «secreto industrial», «propiedad intelectual» o patentes de diversas clases.

Las propias Administraciones, cuando diseñan y ponen en marcha medidas para el impulso de la innovación, las dirigen con carácter general a la innovación por el lado del fabricante. No es de extrañar, pues en la visión economicista imperante en el mundo de hoy, la innovación del fabricante tiene un impacto económico directo, cosa que no tiene la innovación por el usuario. Aunque esta última puede tener más beneficios de bienestar social, que no son sin embargo tenidos en cuenta.

En todo este análisis hay latente una cuestión de fondo, relativa a la libre circulación de la información y el conocimiento, de las que la Comisión Europea (Estrategia de Lisboa renovada para el crecimiento y el empleo: lanzamiento del nuevo ciclo 2008-2010) y el propio Zapatero se parecen hacer eco denominándola «quinta libertad»: la libre circulación del conocimiento (las otras cuatro: las libertades de circulación de mercancías, servicios, capitales y personas).

Según remacha Von Hippel, la proliferación de las leyes de propiedad intelectual parecen haber tenido un efecto contrario al deseado. En lugar de fomentar la creación y la innovación protegiendo a los creadores, están siendo utilizadas para monopolizar por grandes corporaciones para bloquear toda posible nueva idea o invención, al estar ya registrada.

La tesis final de nuestro libro es que las posibilidades de innovar por los usuarios aumentan rápidamente y radicalmente gracias a nuevas herramientas hardware y software y a las comunidades de innovación, configurando el denominado fenómeno de la democratización de la innovación.

Concluiré recomendando la lectura, con reflexiones sobre los derechos de propiedad intelectual, del blog de Productor de Sostenibilidad en su entrada Copia privada, canon, propiedad intelectual y derechos.

Gracias a esta entrada he conocido el libro de David Bravo Copia este libro y gracias a los comentarios a esta entrada he conocido el libro Democratizing Innovation de Eric Von Hippel, ambos con licencia de libre distribución, que me han inspirado este post.

Por Felix Serrano

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