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Los Village People en las Administraciones Públicas

Querida Pilar, tienes toda la razón: «Si queremos innovación, necesitamos diversidad. Los diferentes puntos de vista pueden dar lugar al caos pero también a la creatividad. Está comprobado. … . Además, para asegurar el éxito, Ashby recomienda la “Ley de la Variedad Requerida”, es decir, la complejidad de nuestro entorno debe reflejarse en la composición de la organización.»

Para mí Pilar da en el clavo: la esencia de la innovación está en las personas. También Alorza lo decía recientemente en Cultura de la innovación para el oGov:

«La cultura de la innovación, el espíritu emprendedor, la sociedad creativa… son conceptos con grandes áreas de intersección. Quizá la idea más clara y más apropiada para designar a la cultura que corresponde a una sociedad red orientada a la innovación es la que Pekka Himanen llama “ética hacker”.»

«Creo que eso da un espaldarazo a nuestra vieja arenga de que la administración innovadora precisa de funcionarios y ciudadanos hackers.»

Pero, ¿están las Administraciones haciendo algo para favorecer el cambio cultural dentro de la organización?. ¿Está favoreciéndose la diversidad, el compromiso, el espíritu emprendedor?.

Mas bien al contrario, como dice Oscar Cortés en La innovación en el organigrama de las instituciones públicas :

«….continuando con el debate sobre innovación se me ocurría que es posible que haya tentaciones por parte de algún partido político de incluir en su programa electoral la creación de alguna unidad administrativa por la innovación.

No sería desde luego la primera vez. Es habitual en las prácticas políticas (con más o menos éxito) crear estructuras relacionadas directamente con un tema en candelero…»

Parece desprenderse de este análisis que en las administraciones, la innovación tiende a considerarse algo ajeno al proceso administrativo, y que las ideas innovadoras no pueden venir del triste funcionario tramitador, sino de unos «iluminados» que van a venir con la varita mágica a descubrirnos desconocidos caminos que no conocíamos.

También sucede que con frecuencia no están muy bien vistas las personas innovadoras en las Administraciones Públicas, ni desde dentro ni desde fuera. Los que proponen alternativas son vistos como raros y peligrosos.

Creo que en las cuestiones relativas a la innovación no es posible empezar la casa por el tejado. Innovar es una forma de pensar y de hacer, y para conseguirlo es necesario buscar e incorporar en las Administraciones a personas diferentes, y por supuesto valorar y aceptar sus ideas diferentes.