(a*b)+(a*c)+(a*d)=a*(b+c+d)
Cuando empecé mi carrera profesional, en la entonces autodenominada «Empresa Nacional de Informática», me entregaron un cuaderno de notas en el que figuraba en el encabezado de cada página: «Secoinsa – Centro Operativo de Málaga», y luego un lugar para poner la fecha.
Años más tarde, antes de que mi empresa fuese vendida a la multinacional Fujitsu, cambiaron los cuadernos. Eran iguales, salvo que sólo ponía Secoinsa, pero donde antes ponía «Centro Operativo de Málaga» ahora había un espacio en blanco. Se ve que alguien pensó que era más fácil y barato pedir un sólo tipo de cuaderno corporativo que uno distinto por cada centro, y que, al fin y al cabo, siempre era posible, y no muy molesto, que se escribiese a mano el centro de trabajo, en lugar de venir preimpreso.
Lástima que no se les ocurriese dejar también el nombre de la empresa en blanco. Así, cuando pasamos a ser Fujitsu España, todavía los cuadernos habrían seguido siendo de utilidad.
En álgebra, la factorización es expresar un objeto o número como producto de otros objetos más pequeños (factores), que, al multiplicarlos todos, resulta el objeto original.
Las técnicas de concentración de esfuerzos mediante la utilización de factores comunes son de uso universal. De hecho la necesidad de la propia existencia de la Administración Pública podríamos entenderla como derivada, en gran medida, de la optimización que se produce por la dotación de infraestructuras y servicios de uso generalizado a toda la sociedad.
En este blog hemos abordado el tema en numerosas ocasiones, siempre desde el foco de la aplicación de las TIC en las Administraciones. Por citar sólo algunos artículos: Medidas horizontales para funcionarios (octubre de 2007, hace ya cuatro años), El plan de desarrollo de la LAECSP: una oportunidad perdida (febrero de 2008), La externalización en las AAPP: ¿Qué hay de las Agencias TIC? (marzo de 2009) y Un modelo de referencia para la provisión de servicios TIC en la AGE (julio de 2010).
De este último recuperaremos el diagrama, levemente modificado:
Como podemos ver, se ha eliminado toda referencia a las TIC, intencionadamente, así como las referencias expresamente organizativas o políticas, lo cual hace este modelo más general.
En este modelo podemos reconocer fácilmente los puntos o elementos susceptibles de factorización, representados por las zonas rojas, así como la necesidad de una coordinación y gestión unificadas (el coste de estos elementos debemos de cargarnos en el «debe» de la factorización) para que este modelo sea operativo.
Ejemplos significativos y conocidos de factorización en la aplicación de las TI a las AAPP son: en Infraestructuras Comunes, la red Sara; en Servicios Comunes Intermedios, @firma; y en Servicios Comunes Finales, y las notificaciones electrónicas a través de la Dirección Electrónica Habilitada, (DEH) a las que se accede a través del portal 060.
Desde luego, es un modelo simplificado, ya que no todo se puede factorizar. Un caso más próximo a la realidad sería expresado por la fórmula siguiente:
(a*b)+(a*c)+(a*d)+(e*f)+(e*g)+(h*i) = a*(b+c+d)+e*(f+g)+(h*i)
Es decir, en algunos casos habrá un factor común generalizado, en otros parcial, y en otros no se podrá realmente aprovechar mucho de la factorización.
Además, cuanto más nos acercamos a la realidad, más dificultades vemos en la aplicación de este modelo o estrategia. Una primera dificultad viene derivada del fenómeno de la insularidad del sector público, que según define perfectamente Mario Waissbluth, en su artículo Sistemas Complejos y Gestión Pública (gracias a Carlos Gonella por darme la referencia) es:
Entenderemos por “insularidad” la generalizada tendencia de grandes organizaciones y sistemas, particularmente públicos, a generar en su interior “islas autónomas” con agendas propias, con las consecuentes falencias derivadas de la ausencia de coordinación y propósitos superiores comunes. En conjunto con la carencia de indicadores de desempeño oportunos, relevantes y confiables, esta es la patología más frecuente del sector público…
De modo que, efectivamente, en este caso se demuestra que decirlo es mucho más fácil que hacerlo. Aplicar la factorización no es fácil pues va a chocar con tres importantes obstáculos: el primero, el derivado de todo cambio que requiere, tanto un impulso reformador como un análisis y diseño inteligente de esta reforma, en otras palabras, hacer trabajar a la vez al lado izquierdo y derecho del cerebro; el segundo porque la situación de partida, con una importante inter e intra fragmentación en las Administraciones Públicas Españolas no favorece la obtención y aplicación de factores comunes; y el tercero, el obvio: en una situación de franco restricción presupuestaria como la actual ,cualquier cosa que necesite un mínimo de dinero extra, tiene muy pocas posibilidades de salir adelante.
No es que no se haya hecho ni se esté haciendo nada; más bien al contrario. Pero da la sensación de que la labor de coordinación que están realizando los Organos Colegiados con competencias en TI, basada fundamentalmente en el ámbito normativo, no es suficiente.
Así, por ejemplo se están haciendo muchos esfuerzos en el campo de la interoperabilidad. Hace poco se publicaban las Guías de aplicación de la Norma Técnica de #Interoperabilidad por el Centro de Publicaciones del MPT. Pero la interoperabilidad viaja en dirección opuesta a la factorización. No es que la interoperabilidad no sea buena y necesaria. Pero convendréis conmigo en que cuanto más aplicamos la factorización, menos tenemos que aplicar interoperabilidad. Aún siendo complementarias ambas actividades, el tiempo y la experiencia demuestran que no todo se puede resolver mediante la estandarización y la normalización.
Por otro lado, no cabe duda de que desde la DG para el Impulso de la Administración Electrónica se están haciendo visibles y loables esfuerzos de factorización, que justamente hemos comentado anteriormente. Pero tenemos serias dudas de que el modelo de funcionamiento de estos servicios sea sostenible y escalable. Ya lo dijimos en el artículo ¿Puede morir de éxito la Administración Electrónica?.
El principal problema que, en mi opinión, se enfrenta este modelo es que es un modelo de uso «gratis», lo que hace muy difícil la sostenibilidad económica del mismo, y mucho menos su escalabilidad para cubrir el incremento de la demanda que se está produciendo continuamente. El modelo de prestación de servicios desde un Ministerio a otros tendría que ser revisado, en particular la forma de financiación de estos servicios, pues no es posible sostener estos servicios únicamente gracias a los esfuerzos de buena voluntad, más allá de un mero esfuerzo demostrativo.
Por ello, en su momento, la herramienta de factorización que se propuso desde este blog, la Agencia de Infraestructuras y Servicios TI, hubiese sido una buena solución; pero no se abordó con las vacas gordas, y ahora con las vacas flacas parece completamente imposible abordar el esfuerzo y coste que supondría inicialmente, aunque a medio y largo plazo supondría importantes ahorros.
Descartadas estas posibles soluciones, ¿qué otras nos quedan?. Desde luego se pueden abordar soluciones parciales. Así por ejemplo, se ha venido barajando la posible creación de una «Nube Privada de la Administración» que integrase las infraestructuras de los numerosos CPD de la AGE.
Desde luego, esta propuesta llega a parecer muy asumible, ahora que tanto se habla de las nubes por doquier. Incluso se ha planteado si alguna entidad pública de la AGE podría crear esta nube y prestar ese servicio, con las suficientes garantías, con modelos de facturación asumibles y sostenibles, evitando de paso que el núcleo de las TI pase a estar controlado por manos privadas.
Sin embargo, no está claro que la «nubelización» de los CPD de la Administración sea posible a corto plazo. La mayoría de los sistemas de información todavía no están preparados para pasar a un entorno virtual. A medio plazo, y con la planificación y recursos adecuados, se podrá hacer una nubelización parcial, pero aún seguirá siendo necesario el mantenimiento de algunos sistemas de información, servidores, y cacharrería de todo tipo, en los CPD actualmente existentes. Un proyecto que persiga la completa eliminación de un porcentaje significativo de los CPD de la AGE se prolongará con seguridad más de una legislatura, incluso aunque esté bien diseñado, tenga los recursos necesarios, y se ejecute con éxito.
Precisamente, si queremos abordar este planteamiento con éxito, hay que ser muy cuidadoso, pues como hemos visto hay dificultades que no son únicamente tecnológicas, sino de coyuntura, de cultura y de entorno.
Sabemos que la estrategia de factorización es positiva, pero para que podamos abordarla con éxito, no es posible abordarla sola. Es preciso acompañarla de otras estrategias que…
… veremos en próximos artículos.
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NB: Con este artículo iniciamos una serie de cuatro, que se compone de tres propuestas de carácter estratégico para la mejora de las TI en la Administración, y una coda o resumen final. Desde aquí quiero agradecer a l@s compañer@s que han colaborado conmigo en la concepción y en las revisiones y comentarios de los mismos.
10 respuestas a «Primera propuesta: Factorización»
Me parecen muy acertados los nuevos términos para definir la consolidación de servicios TIC «FACTORIZACION» , Respecto la prestación de servicios entre ministerios y la imposibilidad de pasar factura…,debería plantearse un “cambio de modelo en la gestión de las TIC”, o abrirse más el modelo actual , existiendo la posibilidad de intercambio de servicios entre departamentos, o plantear una simbólica factura tecnológica por servicios que se puedan prestar ya que dar todos los servicios desde el mismo organismo parece a priori un poco complicado, requeriría una gran inversión inicial aunque se amortizase con el tiempo.
Enhorabuena otra vez por este articulo, que a mi modo de ver tiene muchísimo nivel , y son unas propuestas muy acertadas, espero que tus lectores lo hayan entendido lo elevado de las propuestas, me preocupa que todavía nadie lo haya comentado.
Gracias Victoria. No te preocupes por los comentarios, la publicación coincidió con la muerte de Gadafi y el anuncio del alto el fuego «definitivo» de ETA, eso siempre roba protagonismo.
Me parece buena idea, y alternativa, la prestación de servicios entre Ministerios y Organismos, que de hecho ya se hace ahora. Sin ir más lejos, ahí tenemos la Pasarela de Pagos de la AEAT, o los servicios de consulta de certificados de Seguridad Social. Estos intercambios de servicios siempre serán necesarios.
Pero para ello es necesario contar con una infraestructura de intercambio de servicios, algo así como el «Services Bus» de la Administración. Al final alguien tiene que organizar los intercambios.
Y todo ello tiene un coste.
Lo que yo digo en el artículo es que ese coste tiene que estar previsto en algún sitio. La aplicación de técnicas de escalabilidad, o factorización, permitirá concentrar servicios reduciendo costes.
La factorizacion debería comenzarse por unidades mas simples que la globalidad. Es poco razonable el número de SG TIC q abundan en cada Ministerio, a veces con escasa coordinación entre ellas. El primer paso no es la Agencia, sino crear en los grandes ministerios un CIO con poder real sobre toda la informática de un Ministerio, q dada nuestra estructura, debería tener rango de DG.
En efecto, Andrés, es una alternativa: la factorización a pequeña escala. Seguramente es más fácil de abordar inicialmente. De hecho ya se hace, así en el Ministerio de Industria, coordinados por la Subsecretaría, se contratan unificadamente las Telecomunicaciones, definiéndose a tal efecto redes y servicios comunes, y también se hacen esfuerzos de unificación en el ámbito de la Seguridad de la Información, para la aplicación del Esquema Nacional de Seguridad por medio de la creación del Comité de Seguridad del MITYC.
Pero esto produce la creación de «islas» unificadas internamente (a nivel de cada Ministerio), que deben luego de unificarse a su vez con otros Ministerios, lo que representa hacer dos veces el esfuerzo.
También existe el peligro de la volatilidad de los Ministerios, al cual estamos muy acostumbrados, por desgracia. De ese modo, en cada nueva legislatura, se echaría abajo el trabajo de factorización realizado.
Por eso lo mejor es que el esfuerzo de factorización se encargue a un organismo externo que tenga ese cometido de forma específica, y que por ello es más inmune a los avatares electorales.
Estamos interoperando por desidia y catetismo. Como hemos desarrollado mútiples soluciones para un mismo problema y ahora no tenemos más remedio que interoperar estas soluciones. Interoperar no es negativo pero interoperar es entenderse. Se entenderán antes los sisemas que nosotros.
¿nos entendemos? Tenemos factores comunes en planes y estrategias? Los queremos? los necesitamos? Estamos en el club de los poetas sordos.
No es posible la concentración y el ahorro de coste sin un cambio sustancial en las estructuras y procesos más rígidos de la administracion: la movilidad de efectivos, la provision de recursos y los presupuestación esanca, la contratación individualista..
Ya escribiamos en el 2002 sobre la bondad de crear un centro dedicado (entonces agencia que estaban de moda) de infraestructrua y los servicios básicos. Hoy están de moda los entes públicos (que se crean para esquivar los procesos rígidos) . Un centro asi descargaria a los Departamentos de trabajos genéricos y se podrian concentrar en el negocio vertical. Pero para hacer todo esto se necesita un presupuesto que en estos momentos o lo pagamos a escote o no tenemos en el bote.
Y alguna otra cosilla que ya no me da tiempo a detallar.
Claro, Montaña, en cierta medida, la interoperabilidad intenta remediar la torre de babel en que se han convertido las unidades TI de las Administraciones. Pero todos sabemos que durante mucho tiempo «ser diferente» equivalía a «ser independiente» lo cual era una máxima política que emanaba de las alturas. Mientras han durado las vacas gordas, ese discurso se ha sostenido a pesar del alto coste que suponía. Pero ahora que se mira más «la pela» quizás hay que replantearse que el reinventar la misma rueda repetida n veces no es un camino sostenible para las Administraciones.
La factorización y la escalabilidad en TI son mucho más factibles que en otros servicios, por su propia naturaleza, por lo que es probable que la factorización empiece a aplicarse por aquí, a pesar de que como es obvio es un concepto de aplicación mucho más general. Pero como dices, para llegar a ella son necesarios cambios organizativos y estructurales y ahí esta la dificultad.
[…] la Primera propuesta: Factorización, proponíamos una estrategia de mejora de las Administraciones por medio de las TI aplicando un […]
[…] En los tres artículos anteriores hemos expresado un conjunto de propuestas estratégicas, agrupadas bajo los epígrafes de factorización, simplificación y profesionalización. […]
[…] reorganización que evolucione el posicionamiento de las TI en la AGE, a la falta de creación de unidades factorizadoras que racionalicen y centralicen los numerosos CPD en la AGE, que provean servicios comunes, en […]
[…] y la otra al back-office) y los servicios entonces en desarrollo en la red SARA. Posteriormente, en Primera propuesta: Factorización, en 2011, se vuelve a insistir en la necesidad de una Agencia TIC, como solución organizativa para […]