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Mejora de la Administración

Educación, Formación y desarrollo de Competencias en la Administración del futuro

Enlazo este artículo con dos entradas recientes en mi blog: la referida al libro «La nueva gestión pública» y la más reciente destinada a algunas reflexiones sobre el debate de robótica e inteligencia artificial, titulada «El arte de pensar«.

La reflexión de partida la expresaba Jesús Moreno en CNIS 2018, planteando que, si pronto las máquinas serán capaces de responder mejor a los test estandarizados educativos, ¿qué sentido tiene que preparemos a los alumnos para dichos test, si en cualquier caso las máquinas nos van a sacar ventaja?.

El planteamiento tiene importantes implicaciones respecto a la naturaleza de la enseñanza y el aprendizaje, y también respecto al enfoque que reciben actualmente la inmensa mayoría de las actividades de formación administrativa e incluso empresarial.

Sabemos que, en la Administración, la formación no está orientada al desarrollo de competencias. Está fundamentalmente orientada a la acumulación de «horas de formación reconocida», como bagaje esencial a aportar en los diversos concursos de traslados, la que, junto con la antigüedad, determinará la posición relativa de cada funcionario en el concurso, y con ello, las posibilidades de obtener la plaza deseada.

Ahora bien, debemos suponer que lo que necesita la Administración, como cualquier organización, es maximizar el rendimiento de sus empleados para lograr cubrir sus necesidades administrativas con la máxima eficacia y eficiencia. Y para lograrlo se necesita que los empleados tengan las competencias adecuadas para el puesto de trabajo que deben desempeñar. O, de no ser así, las tareas asociadas a dicho puesto podrán ser realizadas con mayor eficacia y eficiencia por algún sistema automático, dotado de la capacidad y entrenamiento suficiente para mejorar al empleado público en dichas tareas y con un coste inferior.

Quisiera en este punto intentar romper un mito: el de la contraposición hombre-máquina. Estamos con frecuencia cayendo en la trampa de suponer que el «puesto de trabajo» es un bien en disputa entre dos entidades con naturalezas diferentes, en el cual tendremos un «vencedor» y un «perdedor». Con lo cual nos puede hacer sentir animadversión hacia esas máquinas que intentan desalojarnos de nuestros (logrados con gran esfuerzo) puestos de trabajo.

Pero eso sería no entender la naturaleza de los cambios que están sucediendo. Pondré un ejemplo.

Cuando empecé a estudiar en la universidad, la «herramienta tecnológica» por excelencia era la regla de cálculo. Pero en aquella época empezaron a estar disponibles, a un precio asequible, las calculadoras electrónicas portátiles. Como consecuencia, se prohibieron las calculadoras en los exámenes, ya que otorgaba una ventaja notable, al hacer los cálculos, de los alumnos que las tenían sobre los que no las tenían.

Regla de Calculo - Pixabay - carlosdepazvillasenin Calculadora by Seth Morabito
Regla de cálculo y calculadora. Imagen elaborada a partir de dos imágenes originales, de Carlos de Paz Villasenin (Pixabay) y Seth Morabito (Flickr).

Es decir, que la esencia del examen era obtener las cifras correctas que resolvían los problemas planteados. Y sin embargo, ese planteamiento colocaba en clara desventaja a los humanos frente a las máquinas, las cuales inevitablemente serían más rápidas y precisas en la realización de las operaciones matemáticas.

El planteamiento inteligente, para aquellas pruebas que requerían las asignaturas, hubiera debido ser medir las capacidades de los alumnos para resolver los problemas CON la ayuda de la calculadora, o en otras palabras, requerir como respuesta a los problemas no la cifra final exacta, sino el procedimiento para obtenerla con los medios mecánicos disponibles entonces.

Pero este planteamiento tenía un problema, y es que es mucho más fácil y rápido corregir un examen comparando dos cifras que revisando el desarrollo correcto de un procedimiento. Debo decir, en honor a la verdad, que a medida que se avanzaba de curso en curso, los planteamientos inteligentes fueron ganando partido a los planteamientos mecanicistas en los exámenes.

En definitiva, lo que esperamos (o deberíamos esperar) de la educación y la formación, es la capacidad de los alumnos de resolver problemas utilizando los medios disponibles a su alcance actualmente. Y estos medios incluyen, inevitablemente, la panoplia de ordenadores, aplicaciones y servicios digitales que ya hoy están ampliamente disponibles para cualquier ciudadano.

Y dicha capacidad de uso y aprovechamiento de los medios digitales con un fin determinado es simplemente lo que denominamos Competencia Digital.

En el momento en que los empleados públicos dispongan de la suficiente competencia digital para realizar sus funciones y se les dote de los medios digitales en consonancia con dichas funciones, entonces no tendremos nada que temer: las máquinas no serán nuestros enemigos, sino nuestros aliados, pues nos convertirán en una especie de cíborg: un «funcionario aumentado» capaz de hacer más y mejores cosas apoyado en las máquinas.

Lo que nos lleva a una segunda consideración: las especiales características de los procesos de educación, formación, y construcción del conocimiento que han sido profundamente alteradas por las tecnologías digitales, y cómo en dichos procesos cobra un papel fundamental y catalizador el concepto de Educación Abierta.

Esto es así debido a las características de escalabilidad casi infinita a costes ínfimos que permite Internet, y las tecnologías digitales en general, respecto a la obtención, almacenamiento, procesado y explotación de la información. Para explicarlo mejor, pondré también un ejemplo.

Tradicionalmente, la educación y formación se han venido organizando en torno al concepto de «clase», un espacio donde se reúnen los alumnos y el profesor, y donde se estudia una determinada materia.

La llegada del mundo digital ha cambiado algunas cosas en la clase, pero en general no  la esencia del concepto de clase que percibimos la mayoría de nosotros.

Y, sin embargo, los procesos de aprendizaje y de generación del conocimiento, que por norma general se apoyan en los conocimientos previos de otros, así como en el proceso social de intercambio de dichos conocimientos y experiencias, pueden acelerarse enormemente si ampliamos el concepto de clase a un grupo más amplio, lo que en algunos casos se conoce como «comunidades de práctica».

Como ejemplo (antes prometido), veamos cómo se conciben y desarrollan los MOOC del INTEF:

  1. La inscripción es abierta, es decir, cualquier persona, interesada en la temática, puede inscribirse. Esto facilita la diversidad y como consecuencia aumenta las oportunidades de intercambio, aprendizaje, y de generación de nuevo conocimiento, al ser una de las características esenciales que precisan los procesos de innovación.
  2. Los materiales formativos del curso son abiertos, es decir, están disponibles para todos los alumnos inscritos en el curso, pero también para todos los no inscritos. Y están disponibles también una vez que el curso ha concluido. Por lo tanto, además de los alumnos «oficiales» del curso, muchas otras personas pueden aprender en base a dichos materiales, lo que multiplica la utilidad y el aprendizaje derivado de los mismos, a un coste prácticamente cero.
  3. Los materiales generados por los alumnos, como parte de las tareas encomendadas, son también abiertos, por ser uno de los requisitos que aceptan los alumnos al inscribirse. Este efecto se suma al efecto anterior, de generación de información y de «artefactos digitales» que son únicos y añadidos a cada clase y curso en particular, y que pueden ser utilizados, a su vez, por cualquiera.
  4. Finalmente, los procesos de evaluación del aprendizaje de competencias, que se realizan en base a las actividades propuestas, son evaluadas principalmente entre pares, y pasan a formar parte de las evidencias de aprendizaje de las competencias, y al ser abiertas, son fácilmente demostrables ante terceros: aquellos que pueden estar interesados en «contratar» a las personas con las competencias requeridas pueden verificar por sí mismos la existencia de dichas evidencias, sin tener que pasar por un posible tribunal calificador en el que tendríamos que depositar (o no) nuestra confianza.

Incidentalmente, el INTEF ha puesto en marcha un servicio de Portafolio de Competencia Digital para organizar dichas evidencias de aprendizaje, así como las certificaciones electrónicas de las competencias alcanzadas otorgadas a los alumnos que han finalizado los cursos MOOC y exponerlas, bajo control de cada alumno, a los posibles interesados.

Dicho lo anterior, no nos engañemos demasiado. Abierto, Gratis y Seguro es una combinación difícil. Educación y Formación abiertas necesitan, para ser viables y seguras, la participación decidida de las Administraciones Públicas.

Cuando leí la sección 4.5.3. Un ámbito concreto a destacar: Gobierno Abierto y competencias digitales del libro La Nueva Gestión del Empleo Público, me sorprendió un poco que agrupase en el mismo apartado. Sin embargo, vemos ahora que ambos conceptos están íntimamente conectados, del mismo modo que las Competencias Digitales están muy conectadas con los procesos de automatización y robotización de futura aplicación en las AAPP, así como también con los cambios en la naturaleza de los procesos selectivos delos futuros funcionarios, y los ulteriores planes de desarrollo profesional de los empleados públicos.

Ahora bien, creo que en lugar adoptar la propuesta basada en Salvatella y Magro en 2014, sería mejor usar el marco Digital Competence Framework for Citizens (DIGCOMP)  propuesto por la Unión Europea, a través de su órgano de investigación JRC.

Pero no querría concluir sin hacer mención de que no debemos centrarnos únicamente en la Competencia Digital, sino abordar aquellas requeridas para sobrevivir en el mundo actual, y que algunos autores denominan Competencias del Siglo XXI:

  • Formas de pensar:
    • La creatividad y la innovación
    • El pensamiento crítico, la resolución de problemas, la toma de decisiones
    • Aprender a aprender / metaconocimiento (conocimiento sobre los procesos cognitivos)
  • Formas de trabajar:
    • La comunicación
    • La colaboración (trabajo en equipo)
  • Herramientas:
  • Formas de vivir en el mundo:
    • Ciudadanía: local y global
    • Vida y carrera profesional
    • La responsabilidad personal y social

Al finalizar el artículo anterior hacíamos mención de una serie de propuestas del informe  “50 estrategias para 2050”, entre las que la educación, la formación, el aprendizaje a lo largo de la vida, y la preparación para el mundo futuro ocupan un lugar destacado.

En dicho artículo llamaba a prepararnos para este mundo futuro, especialmente en la Administración pública. En este artículo he formulado algunas propuestas para lograrlo.

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Propuestas para una «Escuela 2.0»

Banco regulable para escuela. 1929. OEPM, Museo Virtual.
Banco regulable para escuela. 1929. OEPM, Museo Virtual.

Con tanto comentar la idea de un portátil para cada pupitre, al final me quedé sin presentar mis propuestas. Ya sabéis que me gustan las propuestas concretas. Ahí van:

  • Un portátil para todos. Incluído el profesor. Ah, ¿que era evidente?. Por si acaso.
  • Un portátil siempre conectado. Esto quiere decir conectado en la escuela y conectado en casa. Que no haya excusas para no hacer los deberes. Ya comentamos en éste blog, hace ahora dos años, que era posible ofrecer Internet Gratis para Todos. Así que mucho más fácil debe ser ofrecerla para los alumnos y profesores, al menos.
  • Un pupitre virtual. El entorno de clase del alumno debería estar completamente virtualizado, esto es, residir en la infraestructura de red del colegio y no en el propio portátil. Esto ya es perfectamente posible y es actualmente la tendencia en muchas organizaciones. El portátil sería la pantalla y el teclado para acceder a ese entorno, y nada más. Se acabaron los problemas de PC rotos o extraviados. Se acabaron las copias de seguridad del PC que nunca se hacen. Se acabaron los problemas de virus y juegos que al instalarse descuajaringan el ordenador. Ubicuidad: acceso en casa o en el cole, desde el PC propio o desde uno ajeno. Entorno controlado, aunque personalizable.
  • Un acceso por DNIe. Ahora es obligatorio el DNI a los catorce años. Podemos adelantar algo esta edad y dar a todos los alumnos el acceso con éste medio de identificación. De todos modos, lo van a tener que usar cuando sean mayores: así aprenden.
  • Hipermaterial de estudio. Los libros deben transformarse, no una mera digitalización de contenidos: hiperenlaces internos y externos, multimedia, comentarios. Sugerencias. Siempre disponible en línea y actualizado: se acabaron los CD y DVD. Licenciado por uso, no por copia, por supuesto negociado y contratado por la Comunidad Autónoma que se encargue de proveer las infraestructuras del colegio.
  • Entorno de clase colaborativo. Una wiki para cada alumno. Una wiki para cada clase. Formación para alumnos y profesores para aprender a manejar estos entornos. Organización de actividades y eventos a través de calendarios compartidos. Comunicación: chat, email. Conversación: blogs.
  • ¿Y los padres?. Los padres deben tener acceso también a la Escuela 2.0. Deberían incluso diseñarse actividades específicamente dirigidas a la participación de los padres en las actividades escolares. Y por supuesto permanentemente informados, electrónicamente, de cómo va todo. Si no tienen medios, se les proporciona. Si no tienen formación, se les dá. Hay que evitar que se sientan en inferioridad frente a sus hijos, aunque siempre respetando su zona de intimidad, que va aumentando conforme se hacen mayores. Pero que sepan qué está pasando y que, si tienen que intervenir, tienen potestad para hacerlo.

La verdad, no conozco los detalles del proyecto «Escuela 2.0» que está elaborando el Ministerio de Educación, en cooperación según parece con las Comunidades Autónomas. No soy alumno ni profesor, soy únicamente un padre algo friki. No he hecho una investigación previa en la red. Puede que algunas de estas ideas ya hayan sido propuestas por otros, o puede que no. De todos modos las suelto aquí para el que las quiera recoger.

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Un portátil en cada pupitre

aulainformaticaEl pasado 12 de mayo, el Presidente Zapatero anunciaba en el congreso el plan «Escuela 2.0»:

«A partir del curso 2010/2011, cada alumno de quinto curso de Primaria de la escuela pública y concertada dispondrá de un ordenador portátil, que lo acompañará hasta que acabe la Educación Secundaria Obligatoria.

El objetivo que inspira el plan, llamado Escuela 2.0, es que los alumnos noten cada vez menos diferencia entre el aula y sus hogares. Esta diferencia tecnológica, según fuentes del Ministerio de Educación, ha dificultado en la última década la lucha contra el fracaso y el abandono escolar un 30% del alumnado abandona sus estudios al cumplir la edad de escolarización obligatoria sin acabar la ESO.»

Estas declaraciones ya venian siendo rumoreadas, y supestamente como medida de impacto se ofreció en el Debate sobre el estado de la nación. Tras ellas, se han generado varias oleadas de opinión: en la industria TIC y la industria de contenidos y en el sector educativo. He aquí algunas muestras:

A favor:

En contra:

Una de cal y una de arena:

A mí me gustaría, en éste artículo, analizar el impacto que veraderamente importa, que es el que afecta a los estudiantes, y desde las dos facetas que las TIC tienen en la educación:

  • Las TIC como medio educativo
  • Las TIC como fin educativo

Desde el primero de estos puntos de vista, el portátil estaría llamado a reemplazar a los libros, y con algunas ventajas. De momento, una ventaja de peso: de los más de 6 kilos que pesa la mochila de mi hijo mayor, a los dos que puede pesar un portátil. También son interesantes las capacidades de búsqueda y organización de la información, y las capacidades de comunicación y acceso a redes y sistemas de información.

En las TIC como fin, usaríamos el equipo para la enseñanza de la tecnología, lo que se ha venido en llamar e-skills (cibercapacidades, según la traducción de la UE). Según una reciente entrada de David Osimo, se reconocen cuatro niveles de capacidades tecnológicas:

  1. La alfabetización digital: la capacidad de leer y comprender textos y contenidos audiovisuales. Es la capacidad básica para usar la Red.
  2. La alfabetización mediática: la capacidad de producir contenidos y servicios basados en aplicaciones de libre disposición, tales como blogs, wikis, redes sociales, etc.
  3. «Instalar un servidor»: capacidad de instalar software en un servidor y personalizarlo. De este modo se puede aprovechar todo el software de código abierto disponible.
  4. Habilidades de Programación: escribir código, y diseñar y desarrollar aplicaciones.

No debemos olvidar que la escuela es el crisol donde se forjan las personas, hombres y mujeres futuros ciudadanos, y que más que enseñar, debería enseñar a aprender. Sabemos que la tecnología es un gran catalizador y transformador social. Por eso no es descabellado abordar seriamente su introducción en el aula, cosa que tarde o temprano sucederá, pero viendo siempre que la eficacia es muy baja si se reemplazan simplemente libros por ordenadores y no se replantean seriamente los procesos educativos.

No parece que sea eso lo que está sucediendo. Según escribe Wes Fryer en la web del 30th Annual NECC 2009, citando a Christensen, Horn & Johnson. Disrupting Class: How Disruptive Innovation Will Change the Way the World Learns. McGraw Hill. 2008. Pages 72-73 (la traducción es mía):

«… Los miles de millones que las escuelas han gastado en computadoras han tenido poco efecto en cómo los maestros y los estudiantes a aprenden … La razón de este decepcionante resultado es que la forma en que las escuelas han utilizado los ordenadores ha sido perfectamente previsible, perfectamente lógica y totalmente equivocada. Como se muestra en este capítulo, las escuelas tienen ordenadores amontonados en las aulas para mantener y mejorar marginalmente la manera en que ya enseñaban y dirigian sus escuelas, al igual que la mayoría de las organizaciones lo hacen cuando tratan de aplicar las innovaciones, incluidas las computadoras. Utilización de ordenadores de esta manera no permitir que las escuelas a migrar a un aula centrada en el estudiante».

La propuesta de Zapatero, y los pocos detalles que conocemos sobre ella, no nos permite ser muy optimistas. Resulta muy dificil realizar por este medio la necesaria transformación de la educación, y menos de un curso para otro. Parece más llamada a desencadenar una guerra de fabricantes y suministradores de hardware, software y contenidos que a transformar el entorno educativo y mejorar el aprendizaje de los alumnos.

Quizás sea buena idea regalar un portátil a cada alumno, pero antes, ¿porqué tenemos que pagar los padres los libros de texto?, ¿no sería más lógico que se los proporcionase el colegio, como les proporciona la silla y el pupitre?. ¿Porqué se cambian cada año, y no se pueden heredar entre hermanos o entre amigos?. ¿Porqué hay que tirarlos casi nuevos?.

Sería mejor centrar los esfuerzos en mejorar la capacitación y el prestigio del profesorado, dotarles de infraestructuras y servicios tecnológicos que permitan que sean ellos los lideres de la transformación tecnológica y no unos meros comparsas «analfabetos digitales» que se ven con frecuencia en inferioridad de condiciones frente a sus alumnos, a los que para remate vendrán unos «reyes magos» regalando ordenadores.

Para terminar, no me resisto a pegar aquí una ficción en primera persona de lo que piensa del asunto un alumno de primaria, publicada en el Blog Tercera Opinión:

“Hola, me llamo Marta. La semana pasada nos trajeron un montón de ordenadores, para todos menos para el profesor. Nos pusimos muy contentos porque pensamos que también nos traerían una pizarra nueva, sillas nuevas, un telescopio, material nuevo de laboratorio y que nos arreglarían la calefacción. Pero no, sólo trajeron ordenadores.

El primer día no hicimos nada con ellos porque nuestro profe no sabe informática. Dijo que ya miraría algo en casa, pero María la empollona le contestó que ella podía enseñarle, pues en su casa tiene un ordenador y sabe manejarlo. Todos nos reímos, pero el profe no.

El profe también dijo que eran para nosotros y que nos los podíamos llevar a casa. Yo cogí el mío y lo guardé en la mochila, pero a mi amiga Mati se le cayó y se le rompió todo -el profe le hizo una foto-. A Luis se lo robaron unos gamberros mientras volvía a casa y a Santi se lo rompió Mateo, el niño que nos pega a todos.

En clase los que más usan el ordenador son Toni y Andrés. Son dos niños un poco retrasados y que antes sólo hacían que molestar. Ahora con el portátil les ponen una película de dibujos y están más callados.

Ayer nos explicaron cómo sacar información de internet y nos mandaron deberes para buscar en casa. Mi papá, que ahora no trabaja, dice que no tenemos dinero para internet, por eso no he podido hacer los deberes esta semana.

A mi hermano mayor también le van a dar uno y él está muy contento pues dice que podrá colgar fotos y chatear con las chicas. También me ha dicho que, a partir de ahora, no tendrá que fijarse en las faltas de ortografía pues el ordenador las corrige automáticamente”.

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Las TIC en la educación

tIcGUALDAD¿Debemos enseñar informática a nuestros hijos, o mejor, hacer que la informática enseñe a nuestros hijos?

Interesantísima la propuesta de Alberto Armada por la igualdad de todos los escolares en la enseñanza de las TICs, del cual me he enterado gracias a Lula Towanda en su post Por la Igualdad con las TIC.

El post lo tenéis en Post de tIcGUALDAD y un conjunto de enlaces relacionados en EDU 1:1 – TICs para todos los alumnos y tIcGUALDAD.

El manifiesto original es éste:

Por la igualdad en la educación con TIC en todos los centros educativos de España. Todas las alumnas y todos los alumnos de España tienen derecho a una educación de calidad y en igualdad de condiciones.

La incorporación de las TIC a la enseñanza requiere medios, formación, disponibilidad horaria y apoyo administrativo (coordinación, mantenimiento de los equipos informáticos, conexión de calidad…).

Las comunidades autónomas que promueven las TIC en los centros educativos están cumpliendo con su deber y mejorando el presente y el futuro de sus estudiantes. Pero no todas las comunidades autónomas cumplen en la misma medida…

Todas las comunidades autónomas, sin excepción ni demora, deben proporcionar a sus centros educativos los máximos recursos para conseguir que las TIC lleguen a todas y a todos por igual.

De un tiempo a esta parte, hemos visto como nuestra ubicua pantalla se abre a un mundo de información y comunicación, y poco a poco muchas de las operaciones que antes de forma natural requerían de un desplazamiento, ahora lo hacemos sentados: reservar un hotel o un vuelo, ver que ponen en el cine esta tarde, quedar con los amigos, leer las noticias, …

Y nuestros hijos, mucho más que nosotros: voy a entrar en el messenger para que mis compañeros me cuenten qué examen tenemos mañana, mando el trabajo del profesor por email, me meto en el rincón del vago porque me han encargado un trabajo sobre Becker (Gustavo Adolfo)…

Parece mentira que a estas alturas no se plantee ya seriamente la utilización del PC/ Mac o lo que sea como una herramienta primordial en la enseñanza. Y además podríamos de paso empezar a quitar peso de las espaldas de nuestros hijos, porque por mucho que pese el portátil, más pesan la media docena de «libros de texto» que llevan cada día. De paso, nos ahorramos árboles.

Pero no es tan fácil. La brecha digital y La segunda brecha digital, ponen el dedo en la llaga:

Y así llegamos a otro punto capital, que es la generalizada falta de formación del profesorado en estos temas. Y lo que es peor, la generalizada falta de ganas de aprender que tienen muchos compañeros. Ya comenté hace poco la idea de lo irónico que resulta que los profes que no tienen ningún interés por aprender se quejen de que los alumnos no tienen ningún interés por aprender. Consecuencia: la mayoría de compañeros del centro siguen impartiendo clases magistrales con pizarra y tiza. Y por desgracia tengo que incluir en el saco a algunos compañeros de la especialidad de Tecnología, que sólo usan los ordenadores cuando hay que dar informática.

Para comprender el problema de la división digital la clave está en asumir que la barrera más difícil de superar no es la del acceso (infraestructuras; difusión de los artefactos), sino la del uso. En otras palabras, las oportunidades que crean estas innovaciones tecnológicas dependen de la utilización que se haga de ellas y de la forma en que afecten al desarrollo profesional y a la vida de las personas. Desde esta perspectiva, el hecho crucial es la capacidad de cada individuo para utilizar las innovaciones en función de sus necesidades e intereses específicos

Pongo en duda, en los comentarios al post de Lula, si hay desigualdad de género en las TIC y sugiero que que en este momento los alumnos pueden ir por delante de los profesores en el asunto de la tecnología.

En apoyo de lo primero, remito al la Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de la información y comunicación en los hogares, del INE, donde dice que en el rango de edad de 10 a 15 años, tanto la utilización del ordenador, el acceso a internet, y la disponibilidad de teléfono móvil, las chicas superan a los chicos.

De lo segundo, no tengo estadísticas, y acepto la réplica de Lula en su comentario sobre mi comentario, «En cuanto que los niños saben más que el profesor, posiblemente les den cien vueltas al profesor en juegos y en Internet, pero de recursos informáticos que no sean lúdicos, lo pongo en duda«. Yo por mi parte no pongo en duda que los profesores deben prepararse específicamente para la utilización de la tecnología en el aula, como se comenta en El Camarote:¿Qué entendemos por alfabetización digital? y como explica Jordi Adell en la video charla: “Actividades didácticas para el desarrollo de la competencia digital”. No estaría de más incluir algunas nociones sobre la red para los padres, hoy bastante preocupados por el tema, como contaba yo en Hijos de Internet.

Bueno, para los profesionalmente interesados, sugiero apuntarse al Congreso Nacional Internet en el Aula, que se celebrará desde el 26 al 28 de junio próximo, de forma simultánea en cuatro sedes: Madrid, Barcelona, Granada y Santander, y que también se celebra de forma virtual.