Hoy se publica en Open Própolis las ideas que algunos bloggers hemos aportado sobre las perspectivas de la Administración Pública para 2009. La invitación que me llegó sólo tenía, además del título, una sugerencia: debía ocupar entre 5 y 10 líneas.
Esto fué lo primero que pensé y contesté:
Hablar sobre el futuro siempre es difícil. Más en aun ámbito tan amplio y diverso como son las Administraciones Públicas Españolas, aunque sea desde una perspectiva tecnológica. Y aún más en una extensión tan breve. Lo intentaré, aunque no puedo prometer que lo consiga.
Como resultado de esa demanda y de esa reflexión he confeccionado este artículo, y con el texto que responde a este ofrecimiento, y que es el siguiente:
En 2009 la administración pública española se enfrenta a muchos retos, algunos internos: puesta en marcha de la Ley 11/2007 de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos, en el marco de la nueva Ley 30/2007 de contratos, con las obligaciones adicionales impuestas por la Ley 56/2007 de Medidas de Impulso de la Sociedad de la Información. Y otros externos: un contexto de crisis generalizada, que se traduce en un aumento del desempleo junto con un déficit público notable. En estos contextos, las AAPP deben responder al desafío que supone la mejora de los servicios públicos con menos recursos y mayor presión.
¿Pueden lograrlo?. Por supuesto. En el año Europeo de la Creatividad y la Innovación, algunos lo conseguirán y otros no, pero los que lo consigan será siempre por caminos no trillados, con enfoques nuevos de los problemas y sin miedo a aplicar soluciones nunca intentadas antes. Esto es lo que el ciudadano demanda y es lo que hay que luchar por conseguir.
Añado algunos auto-comentarios aclaratorios:
- La crisis no es excusa para no continuar la mejora de los servicios públicos.
- Pero precisamente las crisis aceleran los cambios.
- De hecho ya tenemos unas exigencias previas anteriores, que hay que intentar cumplir.
- Por ello hay que aplicar imaginación e innovación. Los enfoques anteriores pueden ya no ser válidos.
- Siempre enfocado a las demandas ciudadanas, empezando por la participación: al estilo Obama.
- Es obvio que en este desafío no todas las administraciones parten de la misma situación, y que no reaccionarán por igual. Habrá de todo.
Una respuesta a «Perspectivas 2009: cómo mejorar los servicios públicos en un contexto de crisis»
El camino trillado en contextos de alto desempleo siempre ha sido incentivar la obra pública y la contratación en el sector público. Pero las contrataciones temporales se han venido convirtiendo en fijas con los años merced a la labor sindical y política, de forma que las sucesivas Ofertas de Empleo Público no reflejan el crecimiento real del empleo público sino solo una parte de éste, en particular, la que tiene que ver con el acceso a la función pública en condiciones de igualdad, mérito y capacidad, que es la que se ha visto reducida en favor de lo primero.
Así, hemos visto que aunque la contratación laboral en el ámbito de lo público quedaba reservada por el legislador para casos concretos, esos casos con el tiempo han perdido su sentido inicial. Un contrato de Obra y servicios se convierte por arte de birlibirloque en otro de interinaje y posteriormente en un nombramiento con plaza. Si luego el personal tiene o no competencias, tiene o no trabajo, es algo que al que ha conseguido el objetivo de la fijeza no le preocupa pero sí, desde luego, al que tiene como misión gestionar eso tan manido actualmente del déficit y la productividad. Si algo bueno nos ha traído la crisis es que nos empezamos a dar cuenta de que las motivaciones aparentemente solidarias acaban siendo altamente egoístas y contraproducentes para nuestro propio sector.
Como en las AA.PP. no se pueden hacer expedientes de regulación de empleo, al estilo de las grandes empresas privadas de este país, una solución de mejora de la gestión que se cae por su propio peso (y más con el auge creciente de las TIC) es la reasignación de efectivos, es decir, mover al personal «sobrante» hacia servicios donde hacen falta en un momento dato y que son los que tiran de las contrataciones temporales por aquello de la urgencia.
Quienes tienen que hacer este cambio son los responsables de departamentos, áreas y servicios que saben y ven lo que tienen a su cargo, reconociendo (o conociendo quizá por primera vez en su vida) que productividad = producción / número de personas que hacen falta para producir eso y que una retribución formulada total o parcialmente en términos de productividad supone gestionar de forma eficiente los recursos. Los departamentos de recursos humanos deberían funcionar como agencias de colocación, no solo recibiendo peticiones para contratar más y más cada vez, sino para destinar mejor los que ya hay.