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Administración Electrónica Funcionario

Medidas horizontales para funcionarios

Se pregunta Morgana, en «Semana movidita» porqué todavía no hay un LDAP común para toda la AGE. Esto me ha hecho recordar algunas ideas que vengo rumiando de un tiempo a esta parte, ideas de medidas sencillas aplicadas de forma general a los funcionarios (en principio de la AGE) que permitiría la tecnología y que nos mejorarían la vida a todos.

La primera no es exactamente un LDAP sino una única dirección de email, con su consiguiente buzon asociado, de forma permanente, al funcionario. O sea, del estilo de felix.serrano@age.es. Más o menos lo que tiene Microsoft o Telefónica.

¿Ventajas?. Innumerables. ¿Que un funcionario cambia de Ministerio?. Mantiene su dirección de correo. ¿Que es el Ministerio el que cambia, aunque el funcionario siga en su sitio?. Mantiene su dirección de correo. Nada de migrar buzones. No hay que mandar avisos a los amigos y conocidos. Tampoco hay que dar la contraseña del buzón a uno de los que se quedan, para que entre de vez en cuando. Se acabaron los buzones sin dueño conocido, etc. etc.

¿Difícil?. GMAIL debe tener muchos millones de usuarios actualmente. Y con toda la funcionalidad necesaria. ¿Caro?. Seguro que más barato que el esquema disperso de sistemas de correo ministeriales actual.  ¿Inseguro?. Cuanto mejor gestionado esté, más seguro será. Podemos dedicar el dinero y esfuerzos ahorrados en hacerlo todo lo seguro que queramos.

La segunda de las medidas que propongo es también bastante simple: un móvil para cada funcionario.

Se trata de reemplazar el teléfono fijo actual, que tienen la mayoría de los funcionarios, por un teléfono móvil, con la misma numeración actual. Los funcionarios que ahora tienen fijo y móvil pasarían a tener un único número y terminal. Seguirían existiendo teléfonos fijos, pero para las funciones, no para las personas, de forma similiar a como pasa en el correo con los buzones corporativos.

Las ventajas inicialmente son parecidas al buzón de correo permanente. Un número de teléfono permanente, cambie o no el funcionario o el Ministerio. Movilidad. Localizabilidad, tanto si estás en la oficina como fuera de ella. Pero a medio plazo, este terminal universal aumentará su funcionalidad gracias a la tecnología. Coordinación de reuniones y otras actividades. Acceso al correo y a internet. Listín telefónico unificado. Firma electrónica en el móvil

En cuanto al coste, aunque sería preciso hacer un análisis económico más profundo, no creo que sea mayor que el mantenimiento de infraestructuras telefónicas actuales, que obviamente se simplificarían. También se pueden aprovechar las redes WIFI de los edificios corporativos para dar servicio a los móviles, ahorrando en todo caso mientras los terminales estén en el edificio, que será la mayor parte del tiempo. Y a medida que se vayan reemplazando terminales fijos por móviles, se producirá un ahorro, que se puede reinvertir en la mejora de la seguridad y de los servicios ofrecidos.

He dejado para el final otra de las medidas que propone Morgana, la nómina unificada de la AGE. De todos conocido es el famoso NEDAES, la aplicación que durante mucho tiempo ha distribuido el MAP a los Ministerios, como semilla o base de las aplicaciones de nóminas de los respectivos Departamentos.

Nedaes, y otras iniciativas de oferta tecnológica del MAP (como la Intranet Administrativa, ahora llamada SARA, nombre decididamente más sugerente), han tenido una eficacia limitada, ya que en mi opinión no es buena idea que un Ministerio se dedique a prestar servicios a otros Ministerios. La razón es que en una buena prestación de servicios debe haber un contrato, unas condiciones de prestación, una contraprestación económica, y unos mecanismos de regulación, todos ellos negociados.

Para que todas estas medidas funcionen no se me ocurre nada mejor que la creación de la famosa Agencia de Infraestructuras y Servicios Electrónicos, dependiendo orgánicamente, si queréis, del MAP pero con el propósito expreso de crear y mantener estos servicios, con los medios apropiados, rindiendo cuentas por ello, y con una vocación de eficacia y permanencia.