Industrializar las Tecnologías de la información no es labor de un día. Ni hemos empezado ayer ni vamos a terminar mañana. En un reciente curso de ITIL, el profesor empezaba comentando cómo la aviación, una de las tecnologías e industrias recientes, tiene ya casi cien años. En comparación, las TI vienen a tener ahora unos treinta o cuarenta. Por lo tanto, estamos aún en la infancia: mucho por aprender, mucho por experimentar, pero muchos fallos todavía.
Efectivamente, en muchas empresas, al igual que en las Administraciones, las TI juegan un papel muy importante, pero al mismo tiempo se implantan y gestionan de forma muy artesanal. ¿Qué supone eso?.
Supone que, en primer lugar, su funcionamiento es irregular. La percepción del usuario, del utilizador, es que aquello puede fallar en cualquier momento. En mi opinión, ese es uno de los grandes obstáculos para la tecnificación y automatización de procedimientos, y por lo tanto de la optimización de los mismos. Sabemos que en esta fase final de la implantación del Acceso electrónico a los Servicios Públicos en la AGE, a la que obliga la Ley 11/2007, se van a poner muchos trámites en Internet, pero en la inmensa mayoría de los casos, si no en todos, seguiremos manteniendo la vía de entrada manual «por si acaso».
Esto nos lleva al segundo problema: el coste. La inseguridad hace que se mantenga la segunda vía, y ello en si mismo es un coste importante, al tener que mantener varias formas distintas de hacer lo mismo. Y no es eso sólo: se achaca a muchos proyectos informáticos altas inversiones asociadas a fracasos. La percepción general es que, en plazos o en coste (que tienen efectos equivalentes), más de la mitad de los proyectos informáticos fallan.
Y ya sabemos que en una época de ajuste como la actual, en la que no sólo no podremos aumentar los presupuestos TI, sino que probablemente habrá que reducirlos, lo que sucederá es que, o bien se aumentarán los plazos, o bien, cuando eso no se pueda hacer, pues se trate de plazos improrrogables, el efecto será la disminución de la calidad de los proyectos y servicios TI asociados, contribuyendo más a la leyenda negra de las TI.
Así, el proceso de industrialización de las TI es necesario e inevitable, pero ¿cómo?
La respuesta corta es: aplica metodologías, estándares, catálogos de buenas prácticas como ITIL, CMMI, PMBOK, COBIT, … hay mucha información en la red. Asociado a ello, hay muchos movimientos en boga: IT Governance (Gobierno de las TI), Lean IT (TI delgadas), etc.
La respuesta larga es: todo ello será inútil si no implicas a toda la Organización. Especialmente importante es ser consciente de que la efectividad de todas estas acciones está supeditada a los cambios organizativos pertinentes, dentro y fuera del Departamento TI.
Y en el caso particular de las Administraciones, por su tamaño e idiosincrasia, sabemos que los cambios organizativos se llevan tiempo, MUCHO tiempo. ¿Quiere ésto decir que no debemos abordarlos?. No. Quiere decir que hay que planificar con plazos suficientes, si queremos ser eficaces, a pesar de que la presión diaria nos empuje a pensar sólo en lo inmediato.
Y con esto basta para iniciar éste extenso y recurrente tema. Terminaré con una cita encontrada en IT Cortex:
«Errar es humano, pero para conseguir líos verdaderamente monumentales, necesitamos ordenadores»
6 respuestas a «Industrializar las TI»
[…] Industrializar las TI « eFuncionario efuncionario.com/2009/09/28/industrializar-las-ti – view page – cached Posted by Felix Serrano under Gobierno de las TI | Etiquetas: CMMI, COBIT, Estandares, ITIL, PMBOK | Leave a Comment — From the page […]
Ante el peso que está tomando el «Cloud Computing» y la creciente importancia de los medios electrónicos, como bien dices, las metodologías que permiten reducir el riesgo, racionalizar el trabajo y establecer mecanismos de control son una herramienta vital a la hora de comenzar un proyecto de transformación de las TI. El «Lean Thinking» y la formación experiencial son instrumentos que facilitan la introducción del Gobierno de IT dentro de las organizaciones, porque implican a todas las personas y les ayudan a entender su papel dentro del proceso.
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